lunes, 6 de octubre de 2014

COMO PEZ EN EL AGUA


Para Jerome Kagan, especialista en Psicología del desarrollo, el temperamento, tendría doble anclaje, un diseño que resultará de forma incierta en cómo juegue lo biológico y lo biográfico.
Para el especialista, temperamento sería aquello que podría predecirse, en cuanto a saberse el potencial biológico que puede tener cada niño. Aunque para qué lado irá este potencial biológico,  nadie podría decirlo, al menos por ahora.
Estudió muchos niños de diferentes orígenes raciales. Incorporó a su estudio múltiples parámetros indicadores de "ciertas  reacciones", como la actividad cardíaca, la excitabilidad de la amígdala (en entradas previas, hemos descripto someramente la función de alerta de la amígdala cerebral), la tasa de cortisol salival (sustancia segregada en cantidades en situaciones estresoras), e incluso tendencia a determinadas alergias como ezcemas (en piel) o fiebre de heno (rinitis).
Cuando este potencial bilógico interactúe  con el ambiente y lo social (biográfico), se producirán modificaciones que no podrán predecirse.
Luego de observar las respuestas infantiles,  agrupó a los niños en aquellos muy reactivos y aquellos poco reactivos.
Los poco reactivos, toleraban fácilmente lo desconocido, la novedad. Su disposición ers distendida y hasta sonriente.
Los muy reactivos toleran poco los estímulos no habituales y lloran, se agitan, se irritan, manifiestan su malestar abiertamente.
Con el paso del tiempo, los bebés muy reactivos tenían cierta tendencia a ser inhibidos: evitar el contacto social, o con extraños, o situaciones no habituales. Podrían ser calificados como temerosos. En la adolescencia mostraban rasgos de ansiedad, orientándose luego a profesiones solitarias.
Los poco reactivos, al crecer, se mostraron más cómodos ante los desconocidos, menos fáciles de perturbar. De adultos eran más extrovertidos, sociables y cómodos ante el contacto con los demás y con condiciones de liderazgo.
Aclara el investigador que estos dos tipos de temperamento observados, no son determinantes en el sentido estricto. Solo sugieren ciertas tendencias a reaccionar de determinadas maneras, en particular frente a lo desconocido.
Cuando las tendencias descritas interaccionan con los padres, los compañeros de escuela, la familia, pueden sufrir profundas modificaciones. 
Los estudios arrojaron resultados tales como bebés o niños que cambiaron de una categoría a la otra. Aquellos poco reactivos evolucionaban a muy reactivos (inhibidos). Esto se relacionó con cambios en la historia de la familia, accidentes, enfermedades.
Para esta parte, concluye el autor, que cada uno en el lugar del "estanque", el pez gordo cómodo con el mundo, destinado a brillante futuro, a través de su temperamento el cual le ha permitido un temprano contacto con el mundo circundante y el no menos brillante colega, en el área de investigación de una empresa, en el fondo y recluido en su laboratorio, son muestras de que tal vez de pequeño, evitaba situaciones sociales como cocktails, enfrentamientos verbales, y situaciones similares que de niño anticipaba con angustia. Para ambos, el mundo ofrece espacio y oportunidad de desarrollo y expresión a su estilo humano y particular.