lunes, 28 de diciembre de 2015

LA FLAUTA INVISIBLE QUE TOCA EL SIN FORMA




Cuando encontramos un pensador que, desde tiempos remotos (período clásico chino: 550 a 250 a.C.) sacudió al taoísmo, cuya existencia ha sido comprobada (no así Lao-Tzu) y que desde allí sacude nuestra mente, sentimos una extraña obligación: la de  transmitir algo de sus escritos. En entradas anteriores nos referimos a Chuang Tzu, cuyos herederos budistas zen chinos, también han sido llamados por la muerte. Sin embargo, Daisetz T. Suzuki, el académico zen japonés, lo han declarado como uno de los más grandes filósofos chinos cuya vigencia ha desafiado el destino común a todos.
Bajo el nombre de "El Gran Conocimiento", hemos puesto un título metafórico a este modesto espacio. Hilosdepiedra. 

"El gran conocimiento lo ve todo en uno.
El poco conocimiento se deshace en la multiplicidad.
Cuando el cuerpo duerme, el alma está envuelta en Uno.
Cuando el cuerpo despierta, las aberturas empiezan a funcionar.
Resuenan con cada encuentro, con todas las diversas labores de la vida, los anhelos del corazón; los hombres quedan bloqueados, perplejos, perdidos en sus dudas.
Pequeños miedos corroen su paz de espíritu.
Los grandes miedos los devoran por completo.
Flechas disparadas contra un blanco: acierto o fallo, bien o mal.
Eso es lo que los hombres llaman juicio, decisión. Sus pronunciamientos son tan definitivos, como los tratados entre emperadores.
¡Oh dejan claros sus puntos de vista!.
Pero sus argumentos caen cada vez más rápida y débilmente que las hojas muertas en otoño e invierno.
Sus palabras fluyen como la orina, para jamás ser recuperadas.
Finalmente quedan bloqueados, amarrados, amordazados.
Taponados como viejas tuberías de desague. La mente falla. Ya no volverá a ver la luz.
El placer y la ira.
La tristeza y la alegría.
Las esperanzas y los arrepentimientos.
El cambio y la estabilidad.
La debilidad y la decisión.
La impaciencia y la haraganería: son todos sonidos de la misma flauta.
Todos hongos del mismo moho húmedo.
¡El día y la noche se persiguen y caen sobre nosotros sin que veamos cómo brotan!.
¡Suficiente! ¡Suficiente!
¡Tarde o temprano nos encontramos con "aquello".
No habría un "esto".
Si no hubiera un "esto",
no habría instrumentos para que tocaran todos estos vientos.
Hasta aquí podemos llegar.
Pero, ¿cómo podemos comprender qué es lo que lo produce?.
Uno podría suponer que el Verdadero Gobernante está detrás de todo esto. Que opere un Poder tal que es algo que puedo creer. No puedo ver su forma.
Él actúa, pero no tiene forma".

viernes, 25 de diciembre de 2015

EL GALLO DE MADERA


A través de Thomas Merton, el monje trapense y su intenso acercamiento a la filosofía oriental, nos fue posible hallar a tal vez el filósofo chino más destacado del Taoismo, Chuang Tzu, quien sería el divulgador de la figura legendaria de Lao Tzu. 
Por intermedio de Chuang Tzu, el busdismo se transformó en China, en la doctrina conocida hoy por su denominación en japonés: el Zen.
Hemos extraído una narración de los escritos recopilados de Chuang Tzu llamado "El Gallo de Pelea":
Chi Hsing Tzu, era el entrenador de gallos de pelea que servía a las órdenes del rey Hsuan.
En determinado momento, se ocupaba entrenando a un ave magnífica por quien el el rey no cesaba de preguntar si estaba lista para debutar combatiendo.
El entrenador le dijo: "Aún no". "Está dispuesta a pelear, llena de fuego, como un ave cualquiera. Confía en su fuerza por la vanidad que le domina.
Varios días después, ante un nuevo requerimiento del rey, el entrenador le contestó: "Aún no. Explota en cuanto oye cantar a otra ave".
Así pasaron los días y la respuesta era: "Aún no. Todavía adopta el gesto iracundo hinchando sus plumas".
En días subsiguientes, el entrenador respondió:" Ahora está casi listo. Cuando canta otro gallo, sus ojos ni siquiera parpadean.
Se mantiene inmóvil como un gallo de madera. 
Es un luchador maduro.
Las demás aves lo mirarán una sola vez y echarán a correr".
De: "El Camino de Chuang Tzu", compilación de Thomas Merton.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

UN MURMULLO COSMICO



Los rishis védicos, percibían que el cosmos estaba "surcado" por cuerdas, a las que llamaron "sutras", de allí proviene la palabra "sutura" que significa puntada, en términos médicos. Sutra significa "hilo"; cada hilo compondría un entramado. Dicho hilo es sonido, constituido por vibraciones. El mundo está hecho de sonidos que han surgido de un sonido único, "primario", fuente de todo lo que existe. 
El sonido que tuvieron los rishis para comenzar, como explicación de la creación del universo fue el "OM".
Surgido en el momento en que los científicos denominaron a este instante (término metafórico ya que el tiempo creemos que no existía tal y como aprendimos a considerarlo), Big Bang o "estallido cósmico".
"El OM no tiene más significado que el haber sido la primera ola que rompió el silencio cósmico".
La ola, se rompió en muchas olas más pequeñas (subfrecuencias) que son las que componen la materia y energía de nuestro Universo.
Es así como el físico Michio Kaku, propuso la analogía de un violín oculto en una caja cuyas cuerdas en un determinado momento vibraron en diferentes tonos, notas, secuencias, siendo el violín la única fuente de este sonido. Por ahora, no vemos la música, así tampoco "vemos" el OM, única fuente que a diferencia del violín sí podríamos ver. 
Lo que podemos hacer con nuestros sentidos, es percibir los sonidos de la naturaleza, "sus notas", que en esencia son iguales, como algo diferente entre sí. Esto se traduce en que un metal nos parece sólido, el vapor lo percibimos gaseoso. Vemos la "solidez" de una rama de un imán no así el campo magnético que a ésta la rodea. 
La analogía de Kaku, lo que sería una "extremada simplificación", de la teoría de las supercuerdas y el campo unificado, es como ver la música, por ahora está confinada esta teoría a las fórmulas matemáticas. Las fórmulas son la los barrotes de una jaula de la que la ciencia no sabemos si tiene la llave.
Kaku sosuvo que "los tonos creados por la cuerda, ejemplo el Do, el Re sostenido, no son importantes en sí mismos o más que cualquier otra nota". "Lo fundamental sería que LA VIBRACIÓN DE CUERDAS", podría explicar todas las leyes de la armonía en el caso del Universo, las leyes de la naturaleza. 
Chopra describe también que "podemos imaginar el OM como una línea recta que llega hasta el infinito, siendo la superior de todas las supercuerdas. No es por accidente que la sílaba OM suene como un murmullo ya que cuando los rishis "se afinaron" con el sonido del Universo, lo que oyeron "fue un murmullo cósmico".

miércoles, 2 de diciembre de 2015

RISHIS, LA MONTAÑA O EL COLIBRÍ




Según los rishis, cuando algo cambia en el mundo, es uno quien lo hace".
Nuestros sentidos, son los que nos ponen "en contacto" con aquellas cosas que existen y así pueden ser considerados como prolongaciones de nuestro cerebro, con una especialización según el sentido que se trate. Las células neuronales de la retina transmiten impulsos que aparentemente el cerebro las interpretaría como "visuales". Nuestro sentido táctil tiene receptores específicos para el calor, el frío, la presión etc. pero, de nuevo, sería el cerebro quien interpreta las señales que envían estos receptores. Esto puede homologarse con los sonidos, el gusto, etc.
Los rishis decían que todas estas "sensaciones", toda la información es interpretada por el cerebro y que por lo tanto sería "una creación" del mismo.
La realidad, para ellos, no sería sino una sumatoria, de abstracciones que aprendimos a interpretar como "real".
La narración védica de Shankara, el filósofo, pone en evidencia nuestra imperfección a partir de las evaluaciones sensoriales que hacemos, y nuestras interpretaciones en la narración de la serpiente y la soga (entradas previas).
Del mismo modo, los rishis, comparan nuestros estados de sueño y de vigilia. 
Ambos, vigilia y sueños, están construidos de la misma forma: impulsos neuroeléctricos. En ambos estados experimentamos una "realidad" fuera de toda discusión. 
En nuestros sueños aceptamos que todo es absolutamente real así como en la vigilia aceptamos que lo sólido es sólido y constituye la materia, aunque los que se ponen en contacto en realidad son los campos de fuerza y materia respectivos y al parecer, totalmente abstractos.
Shankara sostiene que "nuestros temores se han construido a partir de dichos equívocos".
Las cosas "sólidas" nos lo parecen porque el cerebro ha hecho que así sea. Los neutrinos atraviesan la tierra como si fuera aire.
En la meditación podemos recorrer en sentido inverso desde nuestra más sólida construcción y remontarnos a la fuente original, al verdadero origen de los sentidos, "el campo mismo de la inteligencia".
Comentario a partir de un texto de D. Chopra (La Curación Cuántica). 
Hay un autor de origen Zen, que recomienda un ejercicio para meditar sobre esto. Puede hacerse con cualquier objeto que interpretemos como sólido y real. Puede ser una estatua de Buda enorme y pétrea, una montaña o un leve colibrí.
Visualizaremos el objeto que hemos seleccionado. Apreciaremos los detalles que seamos capaces. Paulatinamente y cuando el objeto pasó a ser concreto en nuestra visualización, le haremos perder los contornos e ir haciéndose transparente de modo tal que pueda comenzar a verse el cielo nuboso o no,  a su través. Hasta llegar al punto que ese cielo "creado" por nosotros, se esfume dando lugar a una luz blanca, fuerte, brillante sin forma y que todo lo contenga.
Allí, si lo logramos sin esfuerzo alguno, está la fuente original de nuestras construcciones. Cuanto más sea nuestro poder de permanencia en dicho "espacio", tal vez, nos sea más sencillo aceptar como "creaciones", nuestras reacciones cotidianas, nuestras emociones que todo lo nublan, el miedo que nos atraviesa etc. que desde allí vienen "bajando" de esa fuente original, en camino inverso para adueñarse una vez más de nuestros sentidos y conformar nuestros pensamientos e interpretaciones. Hilosdepiedra.