sábado, 9 de diciembre de 2017

OTRO PUNTO DE VISTA: LA REBELIÒN DE LAS VIUDAS


MARÌA MAGDALENA EN ÈXTASIS, DE ARTEMISIA GENTILESCHI
Nota: La ilustraciòn con Marìa Magdalena, simplemente tiene el valor de un sìmbolo, corrientemente empleado. Los autores de este Blog, no comparten necesariamente tal creencia. Hilosdepiedra.

¿Què podrìa haber en comùn entre dos mujeres nacidas en dos  continentes tan lejanos como Asia y Europa Central, con doscientos años de diferencia, diferente educaciòn, ya que una fue prostituta raptada por piratas y la otra de noble cuna?.
A simple vista poca cosa. Cualquiera puede indagar màs profundamente en las biografìas de Ching Shih (1775) y Erzsèbet Bàthory (1560).
Cualquiera, tambièn, como en nuestro caso, podrìa escribir acerca de un detonante, o de circunstancias que hicieran que ambas liberaran al demonio interno (al decir de los contemporàneos de la Condesa Bàthory) y que cada una en su àmbito y segùn su particular estilo, se transformara en una formidable y siniestra carnicera .
Ambas, aparentemente, dejaron aflorar a su demonio interno despuès de enviudar. 
Una convertida en la implacable Jefa de la flota pirata màs temida de su època, que asolò tierras, saqueò y vertiò la sangre que fuere menester, al mando de màs de mil naves. Luego que su marido Zheng Yi muriera.
La otra, obsesionada con la vejez, al morir su esposo, Ferenc Nàsdasdy, torturò y asesinò a un nùmero no preciso de mujeres jòvenes que oscila entre 650 y 700, para beber su sangre, convencida de conservar su juventud. Hay versiones que aseguran que era pariente de Vlad Tepes, (Conde Dràcula). Rastros y leyendas hay montones.
Obviamente, el vampirismo y la pirateria no compartan tal vez un perfil comùn exigible, pero lo que despertò nuestra curiosidad fue el momento preciso en que ambas mujeres, salen al mundo. Salen para expresar su crueldad en ambos casos y por motivos seguramente diferentes. Pero pareciera que ambas tuvieron que enviudar para ejercer el discutible derecho que su patologìa exigìa. 
Màs que obvio, es que en ambas, se debe haber dado una estructura previa psicològicamente hablando que permitiò esas manifestaciones tan aterradoras y extremas. Pero, una vez màs, la duda persiste en cuanto a la respuesta a esta pregunta: ¿què hubieran hecho si hubiesen tenido maridos longevos?.
Se nos ocurre, que ellas, tal vez, no hubieran permitido tal postergaciòn de su banquete de sangre. Hilosdepiedra.

sábado, 2 de diciembre de 2017

EL CAMINO DE CHUANG TZU



Publicaciòn de una traducciòn leìda por Thomas Merton, monje trapense del siglo XX, poeta, escritor, activista social, estudiante de religiones comparadas. 

En el pròlogo, Merton relata que a Chuang Tzu (maestro que viviò hace aproximadamente dos mil quinientos años), "no le dicen nada las palabras y las fòrmulas acerca de la realidad, sino la captaciòn existencial directa de la realidad en sì misma. Tal captaciòn (....), no se presta a anàlisis abstractos"....El Libro de Chuang Tzu, es el producto de creaciòn del propio Maestro, con historias, paràbolas, manifestaciones de humor, chismorreos etc. corrientes en los cìrculos taoìstas, en los siglos IV y III antes de la era.



CUANDO EL CONOCIMIENTO FUE AL NORTE

 El Conocimiento vagò hacia el norte
buscando al Tao, sobre el Mar Oscuro,
y en lo alto de la Montaña Invisible.
Allì en la montaña se encontrò
con el No-Hacer, el Sin Palabras.

Preguntò:
"Por favor, señor, ¿me podrìa informar
bajo què sistema de pensamiento
y què tècnica de meditaciòn
podrìa aprehender el Tao?
¿Por medio de què renuncia
o què solitario retiro
podrìa reposar en el Tao?
¿Dònde he de comenzar,
què camino he de seguir
para alcanzar el Tao?"

Tales fueron sus tres preguntas.
No-Hacer, el Sin-Palabras,
no respondiò.
No sòlo eso,
¡ni siquiera sabìa 
còmo responder!

El Conocimiento girò hacia el sur
hacia el Mar Brillante
y ascendiò la Montaña Luminosa
llamada "Fin de la Duda".
Allì se encontrò con
"Actùa-segùn-tus-impulsos", el Inspirado Profeta,
y le hizo las mismas preguntas.
"Ah", exclamò el Inspirado,
"¡Tengo las respuestas, y te las revelarè!"
Pero justo cuando estaba a punto de decirle todo,
se le fue de la cabeza.
El Conocimiento no obtuvo respuesta alguna.

De modo que el Conocimiento fue por fin
al palacio del Emperador Ti,
y le hizo sus preguntas a Ti.
Ti replicò:
"Ejercitar el no-pensamiento
y seguir el no-camino de la meditaciòn
es el primer paso para empezar a comprender el Tao.
No vivir en ninguna parte
y no apoyarse en nada
es el primer paso para descansar en el Tao.
Empezar desde ninguna parte
y no seguir camino alguno
es el primer paso para alcanzar el Tao".

El Conocimiento respondiò: "Tù sabes esto
y ahora yo tambièn lo sè. Pero los otros dos
no lo sabìan.
¿Què te parece eso?
¿Quièn està en lo cierto?"

Ti replicò:
"Sòlo No-Hacer, el Sin Palabras,
estaba absolutamente en lo cierto. Èl no sabìa.
Actùa-segùn-tus-impulsos, el profeta Inspirado,
sòlo parecìa estar en lo cierto
porque se le habìa olvidado.
En cuanto a nosotros,
no estamos ni siquiera cerca de la verdad
dado que tenemos las respuestas".

Esta historia llegò a los oìdos
de Actùa-segùn-tus-impulsos,
que estuvo de acuerdo con la forma de plantearlo de Ti.

Que se sepa,
No-Hacer jamàs oyò hablar del asunto
ni hizo comentario alguno.




viernes, 1 de diciembre de 2017

¿SINCRONÌA?




  1.  sincronía
    1. 1.
      Coincidencia en el tiempo de dos o más hechos, fenómenos o circunstancias, especialmente cuando el ritmo de uno es adecuado al de otro.
      "solamente allí donde existe una sincronía entre la vida y la conciencia personal puede hablarse de la posibilidad de una consciente actuación del hombre en su vida"
    2. Del diccionario de Google.

  2. nombre femenino

  3. Tenemos perìodos, no necesariamente màs calmos, en los que estamos màs atentos (conscientes) a las sincronìas, a esas coincidencias que nos dejan pasmados, o por lo menos, màs propensos a la reflexiòn. En principio, uno se plantea el significado de esa coincidencia que nos da la sensaciòn que estamos por acercarnos a algo màs profundo y enigmàtico. 
  4. Hay un sendero que va desde las sencillas coincidencias que todos hemos experimentado en que recordamos a una persona y al dìa siguiente alguien nos habla de ella o nos habla por telèfono, hasta las otras coincidencias, que sospechamos que deben tener un sentido profundo y creativo que no alcanzamos a vislumbrar, esquivo y misterioso.
  5. Con la obra de Carlos Castaneda, establecì contacto harà  dos o tres años, "embrujado", leì todos sus libros de un tiròn. 
  6. Hace màs de veinte, cambiè un libro en inglès que comprè por equivocaciòn y en la librerìa no habìa mucho para elegir, asì que por un valor equivalente, seleccionè sin opciones ni entusiasmo, un libro de Patricia Cornwell, autora de la serie Scarpetta, la mèdica forense especialista en restos òseos y un libro que ignoro porquè me llamò la atenciòn: Shabono de Florinda Donner.
  7. De este libro en particular elegì hace un par de veranos, un fragmento que comentè en este Blog. Sin leer el resto, lo volvì a guardar en un estante.
  8. Releyendo el listado de la obra de Castaneda y escuchando sus audiolibros, encuentro que Florinda Donner figura como una de sus discìpulas, cònyugue y autora del libro Shabono.
  9. Pasaron màs de veinte años entre la compra de este libro sin leer y la obra de Castaneda en el que la menciona.
  10. Desconozco què significa. Tal vez no sea màs que pura casualidad. 
  11. De todas maneras, cuando dos hechos se cruzan, creo que vale la pena darles la oportunidad que al decir de Chopra, contengan un mensaje, que por ahora se esconde. 
  12. Tal vez sea la intenciòn, como este autor menciona en su obra Sincro Destino, que obra poderosamente. La desapariciòn del tiempo entre los sucesos, serìa un fenòmeno implìcito. Como si los años mencionados no tuvieran significado y fueran parte de un continuum. 
  13. Al terminar con la obra de Castaneda, extrañè a Don Juan. Querìa creer que retornarìa desde su bola de energìa y al no hacerlo, tropiezo con una depositaria/continuadora de esta serie de libros. 
  14. Y el otro costado de este tema es que todo aquello que acapara la atenciòn fuertemente, genera como hilos conductores, toda una serie de coincidencias, de modo que tropezamos en forma continua con el objeto de nuestros desvelos. Hilosdepiedra.

domingo, 26 de noviembre de 2017

LA RIOJA: LOS LUGARES Y LOS TIEMPOS.




Cada uno responde a un paisaje interno. Si no ¿porquè cada uno "vibra" al ritmo de algo determinado?, para unos serà la playa, los atardeceres, esto agrega un tiempo al lugar y en general se dice que no hay lugar (espacio) sin un tiempo, allì anclado. Lo que sea, para otros las planicies interminables, los mares inacabados, los anocheceres y los vientos, la lluvia y los tejados de lata, las montañas y las nubes de polvo, la nieve y la bruma, lista interminable.
Eso serà tal vez lo que empuje a volver a cada uno a ese, su sitio, su espacio, su tiempo. Ya sabemos que aunque se repita la rutina del lugar y del tiempo, jamàs van a ser iguales. Por eso, algunos dicen: no retornes al sitio donde has sido feliz. 
Eso uno lo sabe desde los quince años. Y cuando hizo la prueba, la de retornar a ese lugar màgico, con el atractivo misterioso, no fue lo mismo. Acà hubo sitio para decepciones, lo que nos parecìa inmenso ya no lo es tanto, lo que nos enmudeciò el adentro ya habìa perdido su toque. La casa de la infancia ya no es igual, el bosque tan oscuro, està medio ajado, la playa tan anchurosa, se adelgazò de golpe y se llenò de gente que vende otras cosas, que no son helados, son bikinis y pareos. El barrio que antes quedaba en el arenal, cerca de la ruta y que tenìa una callecita de arena que pasaba por el rancho donde habìa una llama atada, con las montañas de fondo, quedò incluido en el plano urbano. Rancho y llama se evaporaron. Como si las brujas de los llanos, se hubieran puesto a ello. ¡Què desilusiòn!
Igual volvemos, igual repasamos los sitios de acà y de afuera y aceptamos que, como las galletitas de la infancia, ya no sean lo mismo. ¡Nada que ver!. Hilosdepiedra.

jueves, 23 de febrero de 2017

LOS BRAZOS DE LA TIERRA



Cuando el ser humano, desenvuelve su existencia en el marco de la estricta construcciòn urbana, sin estar del todo consciente, firma un pacto. Las reglas de un juego que no alcanza a percibir del todo,  y que son las que rigen su jornada y casi seguramente la de sus hijos.
Sometido a los estrechos espacios de cubìculos laborales, con ventanas, cuando hay suerte que pueden otorgarle algo de luz solar, algo de cielo,  siluetas de edificios, puede sentirse afortunado y màs aùn si tiene àrboles en los que pueda perder su mirada, descansando en el verde, aunque sea unos momentos al dìa.
Por algo, cuando puede, almuerza en una plaza, el humano necesita conectarse con la naturaleza de cualquier forma. Atesorando una maceta con una planta, colocando protectores de pantalla donde estèn sus hijos, si los tiene, en algùn lugar que han disfrutado todos juntos, habitualmente a orillas del mar, o en algùn parque.
Cuando pueda, y si dispone de algo de tierra segura, deberìa caminar descalzo sobre esa tierra de la que està tan desconectado. 
Siendo consciente de apoyar su planta, sintiendo esa conexiòn que le es tan ajena y extraña, dado el empeño en interponer tanto cemento, entre sus pies àvidos, sus manos y una tierra sobre exigida aunque pròdiga todavìa. 
Algunos sostienen que aunque sea sobre el piso de su casa, sabiendo que por debajo yace ella, deberìa caminar descalzo, tirarse en el suelo, cuando se pone a resguardo, cuando retorna de su jornada, como quien saluda a una vieja y generosa amiga. Hilosdepiedra.

domingo, 12 de febrero de 2017

EL ASIENTO VACÌO


Pasa el tiempo, y no has encontrado aùn tu sitio en un mundo, que cada vez, te interesa menos entender en la forma como està planteado. Al mismo tiempo, intuyes que tal vez haya un sitio, en alguna parte donde te estè reservado un asiento alrededor de un fuego, y cierto grupo de personas que sean tus hermanos, en cuanto a que estèn en tu mismo camino. Hay quienes a esto le llaman de diferente forma. Podrìa ser adecuado describirlo como vibrar en consonancia, en la misma frecuencia. Ha recibido nombres diferentes, pero aquì y ahora no nos interesan las definiciones y los conceptos, por eso, evitamos caer en ello y al mismo tiempo usar el instrumento, el sìmbolo que es la palabra que albergue el mayor poder descriptivo, mìnimo e imprescindible  posible. Anclados sin quedar fijos, en el intento, hojas de un àrbol que hunde sus raìces cada vez màs profundamente, de tal manera que juntos pueden experimentar una progresiva expansiòn de su conciencia, sin arreglo a lìmite alguno, fruto de un intercambio de experiencias profundas, vitales y trascendentes que empuje a todos, como en la cresta de una ola hacia arriba, elevàndose como los bañistas en esa suerte de ola vibracional o energètica que tiene como fin una consciencia cada vez menos condicionada y la percepciòn de ser en realidad la ola misma.
Un grupo de hermanos que pueda experimentar que su realidad està conformada por cada vez menos elementos atados a creencias previas, pautas culturales establecidas, mandatos, autoridades y dogmas de diferente ìndole. 
En definitiva, hallar tu asiento vacìo esperàndote entre seres libres. Hilosdepiedra.

miércoles, 8 de febrero de 2017

EL LOBO DEL CONURBANO: LOS ENVEJECERES DE LAS LOBAS



Asì, como ayer vimos algùn aspecto del envejecer del lobo hombre, no serìa justo dejar de mencionar su contrapartida femenina.
Las lobas, algunas, cuando envejecen, casi invariablemente ganan peso. Èsto forma parte de los muchos acaeceres de las hembras, algunos relacionados con sus hormonas, la ausencia y sus manifestaciones.
Como hacen algunos machos y las posturas, de las que hicimos menciòn, el deambular de la hembra, no siempre pero sì a veces, se acompaña con un anadeo caracterìstico. Un andar que muchas veces excede el simple pendular, o balanceo hacia los lados, soportando el peso que se asienta sobre las caderas y rodillas.
Otras lobas al envejecer, comienzan a mirar su cueva vacìa, sus camadas invisibles de antiguos cachorros que han salido al mundo para hacer su vida. Entonces, a veces, comienzan a anidar de nuevo. Anidan en el pasado, advirtièndose que se refugian màs en el pasado que en otros tiempos de verbo. Una y otra vez recrean en sus mentes recuerdos  de èpocas idas. 
Renuncian progresivamente a vivir sus presentes. Albergan la idea que tienen un futuro diferente al de las jòvenes lobas y lobos que retozan en la noche sin fin. 
Ignoran, o asì lo quieren, que el futuro de ellos y ellas, los jòvenes y viejos lobos es el mismo que el de los humanos de cualquier edad, que es la muerte.
De modo que, aferradas a un concepto erròneo de un tiempo que todos ignoran porque no lo poseen, porque el tiempo no existe, deambulan cabizbajas por su cueva vacìa, esperando el futuro universal. 
Otras, tal vez las menos, saben que van envejeciendo, que forma parte del estar aùn vivas. No significa que pretendan ser aquello que ya no son, no compiten con lobas màs jòvenes. Simplemente han dejado de mirar a los costados, para mirar hacia adentro. Descubren dìas de libertad, horas de hallazgos en sus presentes que no sospechaban que podìan existir. 
No necesitan refugiarse en un proyecto biològico, como podrìa ser el de tener nietos, el de verlos crecer y las ternezas que no son excluyentes con su actual vivir, pero no dejan que èsto sea su todo.
Tiene su propio ser interior, el que les permite crecer desde otro lugar diferente, creativo.
Viven o intentan vivir en un eterno ahora. No es que se vean distintas. Su envejecer es pleno en todos los sentidos. 
Libres de la necesidad de aparentar, sin acumular consejos que nadie ha pedido, retozan. Retozan en el màs puro y aniñado sentido de la palabra. Disfrutan de lo que antes no disponìan: un tiempo para sì, para estar en silencio, para hacer lo que venga en ganas, con las limitaciones que puedan tener aceptadas sin resignaciòn. 
Muestran su pelaje blanco sin verguenza, sin ataduras a la opiniòn ajena, la que ha dejado de existir hace rato, y esta actitud es la que las remonta a sitios que son incomprensibles para las otras. Puede ser que aparenten màs edad que la que en realidad tienen, pero en su interior hay una loba tan sedienta de amor y sangre como siempre, sòlo que se siente dueña de mostrar, èsa, su loba interna con quien le place. Hilosdepiedra.

martes, 7 de febrero de 2017

EL LOBO DEL CONURBANO: EL REFLEJO DE LA SOMBRA

En Cuevas Walichu, Santa Cruz, el caminante en penumbras, ausente de su sombra, sin saberlo, me prestò su imagen.
Hilos de Piedra.

Cuando salimos a ver que hay, con un lobo macho màs viejo, deberemos estar màs atentos. Con los años, los lobos y los humanos (estamos convencidos que en el comportamiento, pocas especies se parece tanto entre sì como èstos), empiezan a adoptar posturas sin notarlo, actitudes fìsicas de rendimiento, de una retirada no digna de la especie a la que se haya pertenecido. Es asì que en el humano, es comùn verle deambular, con los brazos cruzados a la espalda, como tratando de erguirse hacìa atràs, sabiendo que no es posible, ya que casi invariablemente esta actitud del cuerpo va acompañada de cierta inclinaciòn de la columna vertebral hacia adelante, encorvàndose progresivamente, y la mirada migrando sin notarlo, hacia el piso. Serìa, utilizando una comparaciòn para humanos, como si Miguel de Unamuno saliera a caminar, o los deambulares del ocaso del filòsofo. Cavilaciones invernales.
Nuestra funciòn, como lobos o humanos, levemente màs jòvenes o
màs conscientes de èsto, es advertirlo.
Frecuentemente, el lobo advertido, el lobo viejo que ha ido transformando este deambular especial en un hàbito, refunfuña, gruñe, como lo hace el humano cuando alguien pretende que contrarìe una actitud corporal arraigada, cuidadosamente cultivada.
La simple recomendaciòn no alcanza, por eso, recurrimos a una imagen, a una escena para que vaya desplegàndola y la use cuando debe corregir el hàbito de una postura que para lo ùnico que sirve es para comunicarle al cerebro: ¡Mira, cuàn provecto soy!, ¡heme aquì deambulando como lo harìa Don Miguel!.... Nada o pocas cosas hay que el cerebro acepte tan a gusto como los hàbitos, asì ahorra energìa y de paso, va menguando sus funciones por falta de exigencia. Asì que la imagen que usè fue èsta:
-Imaginate caminando por la calle principal, de tierra, de un pueblo del lejano Oeste. Enfrente, a cientocincuenta metros las puertas del Saloon, por la que en breve saldràn tres pistoleros famosos que van a enfrentarte, vos ya sabès eso.
Ahora, sentì, tus dos Colt 45, sujetas a tus muslos, las cartucheras rozando apenas tus flancos. Sin darte cuenta te erguìs, los brazos se balancean sueltos a cada lado de tu cadera, las manos levemente arquedas lista para iniciar el desenfunde lògico. De paso, recreà un cosquilleo que recorra sutilmente tus testìculos, que vaya por las ingles y contornee la cara interna de los muslos,  contoneà un poco, apenas, las caderas. Eso va para las chicas del saloon, que seguro te ven acercarte por la ventana. Nunca se sabe. La espalda màs erguida, la vista al frente, sin mirar el suelo, como venìas recièn en la piel de Don Miguel, casi sin parpadear, consciente de una respiraciòn lenta y tranquila, balanceando apenas los brazos, asì, asì, concentrate en el ardor en los testìculos. Pronto vas a demostrar què podès hacer con ellos, en todo sentido.
Èsto serìa una imagen de una variante de la llamada "marcha de poder". 
Cada uno de los lobos viejos, puede "fabricar" en su mente, aquella escena que sabe que le harà caminar erguido, digno, sin arrogancia. Fiel todavìa, mientras la tenga, a lo que devuelva el reflejo de su sombra, repito, mientras la tenga. Hilosdepiedra.

martes, 31 de enero de 2017

EL LOBO DEL CONURBANO: EL SENDERO DE LA LOCURA



El dìa habìa empezado despertàndome por el sonido de una lluvia tranquila y persistente. Sabido es el efecto de la lluvia en el lobo, sea cual sea hoy el sexo que he de adoptar. Salì "literalmente" de un sueño profundo, oscuro, como la cueva que habito. No me sentìa cansada, a pesar que habìa sido un sueño muy cambiante. Tuve un profesor en la facultad, un cardiòlogo. del que estuve secretamente enamorada, a la manera de ciertos lobos, es decir sin que èl jamàs lo supiera. En mi sueño. èl era mi ginecòlogo. No se necesita ser Freud, ¿no?. Habìa parido recientemente y me hacìa el control post parto. El tipo en cuestiòn, me revisaba en una sala repleta de gente y para que me sintiera màs còmoda, me proponìa con una ternura que jamàs habìa mostrado, ir a su consulta privada. Y me preguntaba ¿porquè ahora se muestra tan tierno y cuando fui alumna suya ni la hora me diò?. Subimos a su auto, conducido por un negro de piel lustrosa y librea oscura. Mudo. Llegamos al consultorio que resultò estar en la Boca. De pronto, habìa saltado fuera del auto y habìa pensado en Quinquela. Allì levanto la cabeza y veo el puente oscuro, el de sus cuadros, gigante, recortado apenas sobre un cielo negro y estrellado. Entramos en una especie de galpòn que era su consultorio. Me quedè esperando en la entrada y en silencio apareciò un ovejero belga, negrìsimo, amistoso. Entrè en una cocina revuelta y tratè de avisar a mis padres por el celular dònde me hallaba, (han muerto ambos hace muchos años), pero a pesar de oir voces del otro lado, no pude contactarme con ellos. Ya en la camilla èl mirò y me dijo, o puede ser muy bueno, o màs o menos o muy malo. Sabìa que hablaba del cuello uterino. Y allì me despertò la lluvia. 
Impreganada, como suelo quedar despuès de estos sueños, salì a caminar bajo una lluvia tenue y sentir en el pelo y el lomo  la humedad fresca que me aliviò. Caminè varios quilòmetros, habìa llegado a la Catedral. Siempre bien mantenida, su vereda es lisa y pareja. Asì que empecè a caminar hacia atràs. Es un ejercicio que practico con el objeto de cambiar mis puntos de vista. Trato de hacerlo cuando no hay personas. Los humanos tienden a juzgar, a burlarse de lo que no entienden y no me siento lista aùn para soportar la burla sin inmutarme. Tan concentrada estaba, que olvidè que seguìa caminando para atràs, cuando oi que una voz me decìa: lindo dìa para caminar asì. Era el hombre de una pareja muy joven de cartoneros que refugiados sentados debajo de un àrbol, estaban ahì, junto a un carro con cartones y un coche con un bebè muy chiquito. Levantè los dos pulgares en asentimiento. Su tono no me pareciò de burla, sòlo un comentario tan neutro como la nada misma. Allì recièn me di cuenta que seguìa caminando para atràs. 
Bueno, pensè para los creyentes, estoy en tierra sagrada. Para los que no, no importa nada. ¿En què cree un lobo?. ¿A quièn puede interesarle?.
Ya antes habìa sido un dìa especial. Habìa oìdo còmo una mujer vieja le ofrecìa màs libros de historia para leer a un custodia. Y habìa pensado: no està todo perdido. Mientras haya quien lea. El aislamiento propio del trabajo, no le han hecho atontarse con la radio insensata todo el dìa.
Ya casi de vuelta, cerca de la cueva, pensaba mientras cruzaba una sendacebra, ¿còmo termina èsto?... Y supe que no todos los senderos terminan....

viernes, 27 de enero de 2017

LA ENTREGA



A veces, la entrega a lo que sea que pase, es una flexibilidad interna que es una forma sana de protecciòn. Protegerse, al decir de Don Juan no es defenderse. En mi entender, la diferencia, sutil a veces es o puede ser la capacidad de reagruparse desde el equilibrio, desde adentro, cuando uno se ha sabido proteger. Defenderse es tensiòn, plegamiento, pendiente de lo externo y lo que suceda sin la participaciòn interna de uno. Eso implica, la tarea posterior de reagruparse y equilibrarse. Ambos estàn presentes durante el proceso de protecciòn, no hay que salir a buscarlos despuès de emplear la defensa, como animales que han huido por un incendio.
Hasta ahí, lo de esta mañana, surgido de vaya a saberse dónde. 
Ayer pude ver, en la playa de estacionamiento del súper, un edificio que tenía un tanque de agua parcialmente cubierto por una enredadera. Ahí tenés al sufrimiento, me dije. Adherido como esa "enamorada del muro", ganando terreno, cuando nos comportamos como el tanque de agua. 
Dejamos que vaya apoderándose hasta el menor de nuestros resquicios. Eso no es entregarse, eso es defenderse. Resistiendo, rígidos, y al final, como el tanque de agua cubiertos por la enredadera, veremos cómo se resquebrajan nuestras, las que creíamos sólidas, paredes.
Entregarse no es resignarse. Hoy uno puede definir por los opuestos o la negación. qué no es.
La resignación tiene que ver con el apabullamiento por el dolor y quebrada ya hasta la resistencia. Para eso es la resistencia: para ser quebrada, fracturada, arrastrándonos como la pared del tanque cuando no pueda soportar el peso de la dichosa enredadera del ejemplo.
Entregarse es estar consciente, atento a cómo va creciendo la enredadera. Cuando podemos dejar de vernos como "el tanque de agua". Cuando podamos ver, el avance de la enredadera sobre nada. Sin un "nosotros" debajo de ella. No seremos depositarios de su peso. Sólo vemos cómo crece, se extiende, hay días que detendrá su ritmo. Nadie habrá, sólo el ritmo de aparición, cese, o un nivel sostenido, un ruido de fondo, si tenemos la suerte de advertirlo. 

miércoles, 25 de enero de 2017

EL ENOJO

¿Còmo seguir despuès de casi dos meses de silencio de Blog?
Sin contar los viajes, a lugares geogràficos. Los viajes que valen tambièn la pena, aquellos que uno se dirige hacia lo profundo, en soledad. Un viaje, en fin, conformado por muchos dìas de pensar y no pensar. Todo me parecìa absolutamente banal, para volcar acà. Y aùn lo creo. Tambièn veo que lo banal es muy popular. Lo que uno considera banal, no lo es para otro. Lo màs probable que si uno enumera aquello que considera banal, alguien se enoje, inevitablemente. Y este mundo ya tiene gente suficientemente enojada.  
Se ha dicho y escrito mucho, acerca que la meditaciòn ayuda a observar el enojo y en general aporta beneficios, como lo reportan personas iracundas que la practican con regularidad. Como casi todo lo que enoja, nada va a desaparecer, el que va a cambiar de posiciòn, en ese campo de batalla imaginario, es el meditador. Ser consciente que hay cosas que no han de modificarse, al menos en lo inmediato, ser conscientes que uno puede desde su sentarse diario, ver su enojo, sus causas, concentrarse en ir cada vez màs profundamente, ver que indefectiblemente siempre pero siempre hay una idea detràs de la que se escuda el iracundo para desde allì arrojar su ira/idea como quien arroja piedras. Desde ese sentarse, ver què hay detràs de esa idea. El deseo de tener razòn, de acertar, de estar en lo correcto. Eso no importa, lo que sì es interesante es que siempre està el deseo. Deseo de lograr imponer su idea, deseo de comprobar que estaba asistido por la razòn, deseo, y màs deseo de lograr que las cosas se hagan tal y como quiere. El solo hecho de que algo no se acomode a su deseo, es motivo de contrariedad, frustraciòn e inevitable enojo. Como surgido desde el primer enojo ya olvidado.
Cualquier cosa que lo motive, es una idea pre-existente. 
Diferente es la indignaciòn que surge ante una injusticia, un acto de violencia que vulnera a otro ser indefenso. 
Sentarse, y observar què cosas son dignas de una indignaciòn que no impregne a los que nos rodean, como hace la ira que se desparrama como un gas tòxico. 
Ser iracundo es, al final, ser portador de veneno. El iracundo lo ùnico que desea con urgencia es poder arrojar ese veneno sobre otro, contagiarlo. Sentarse y ver porquè necesita compartir su sufrimiento con otro, traspasàndole parte de su ira. Dedicarle el tiempo que merece la ira, como un objeto de meditaciòn es empezar a dar el primer paso.