miércoles, 30 de septiembre de 2015

EL SURCO



El enfocarnos sobre cualidades positivas, afirman los Maestros, hace que se comiencen a diluir aquellas cualidades negativas que obstruyen nuestro crecimiento interno. Sin lucha, ni oposición ni combate entre ellas. Es una estrategia que funciona acentuando la carga de energía colocada sobre aquellas cualidades que consideramos propulsoras de nuestro avance espiritual en detrimento de aquel contenido  negativo al que le retiramos a partir de allí, no solo nuestro enfoque sino la disposición de carga energética que va asociada con el mismo.
"Todo pensamiento es como una semilla, sostiene Ramiro Calle, que al germinar deja una huella en nuestro subconsciente". Es por ello tan importante el enfoque en emociones positivas y pensamientos de dicha índole. Una comparación válida sería que al reiterar los contenidos negativos ésto harían un surco, como las migas de pan del cuento de Pulgarcito. Por ahora en nuestro cerebro no se ha descubierto pájaro alguno que vaya comiendo esas "migas negativas". Antes bien, dichas migas van conformando un surco, a medida que se repiten en el tiempo, logran que el surco vaya profundizándose. La mera repetición de este tipo de pensamiento-miga es suficiente para que todo el surco entre en funciones y se active, desatando una constelación de emociones acordes que nos paralizan, nos generan profunda ansiedad, nos angustian y aterrorizan, alentando la sensación de "sin salida" y que al estar sostenidas en el tiempo toman por asalto nuestro cuerpo y pronto habremos diseñado nuestro propio mapa en respuesta a este tipo particular de estrés, nuestro diseño podrá adoptar la forma del cáncer, enfermedad cardiovascular, infecciones, psicopatología de diversa índole, enfermedades autoinmunes etc.
Insisten todas las disciplinas de carácter meditativo en lo esencial de desmenuzar el conflicto, sin obsesionarse en forma maquinal, sino observándolo con toda la ecuanimidad de que somos capaces, no desterrándolo ya que irá a sepultarse  en el subconsciente, listo para aflorar y abatirnos.
La observación del conflicto, sin implicarnos emocionalmente con él, u observando las emociones que se despliegan junto con él, en este hecho de observar. Evitar juzgarlas, estando allí, sin diálogo interno. Constituye uno de las maneras de proteger la mente contra todo aquello externo que nos deteriora y nos lesiona psíquica y físicamente.
Ser conscientes, que al meditar sobre el conflicto "somos el conflicto", "somos el miedo" y somos todo aquello que creemos separado de nosotros, como algo "observado", algo externo, que viene y se va para volver una y otra vez.
Ser conscientes que al meditar sobre nuestra capacidad creciente de observación, observando el progresivo dominio que vamos logrando sobre nuestros contenidos negativos, sin violencia, sin represión, con plena conciencia que estaremos tristes,o no en nuestro mejor momento, o que hacemos lo mejor que podemos y está bien así.
Observar también que fomentar la esperanza en alguna solución, es un concepto profundamente anclado en el miedo.
Cuando espero algo, simultáneamente temo que no suceda como espero y allí campea el miedo.
Despojarnos de la ilusión, de la esperanza que todo mejore. Eso es generar más ansiedad e incertidumbre por el futuro.
El presente puede ofrecernos esto, lo que hay ahora. En ello nos enfocamos. Practicar todos los días estos puntos, ser conscientes cuando empezamos a divagar imaginando otros momentos, otras situaciones ideales, o recordando cuando no estábamos sumergidos en esta situación. Esto no es real y solo generará más sufrimiento al cultivar la añoranza. Respiremos, enfoquemos en lo que tenemos ahora, en los logros magros o no (no califiquemos) que hayamos conseguido. Una y otra vez a lo largo del día, en respuesta sobretodo a lo negativo cada vez que vuelva por más.


domingo, 27 de septiembre de 2015

MUDA Y SIN FORMA



En entradas anteriores, se ha descrito algo de "Las enseñanzas de Huang Po", ahora podemos agregar más algo de este Maestro Zen.
"La cesación de la mente conceptual es el Camino".
"Una vez que hayas detenido el surgimiento de los conceptos y de pensar en términos de existencia y no-existencia, de largo y corto, de los demás y yo, de activo y pasivo, y cosas por el estilo, encontrarás que tu Mente es semejante al vacío".
"No busques por nada aparte de esto, si no tu búsqueda terminará en dolor y pesar".
Esto puede experimentarse, cuando se presta atención plena a cualquier situación por lo que atravesamos. Pongamos por caso este ejemplo:  quedar atascados en un corte de ruta. Delante nuestro una hilera de vehículos interminable y por detrás los que comienzan a llegar. Giramos la cabeza una y otra vez, miramos el reloj, comenzamos a pensar con creciente ansiedad en la demora que tendremos y las dificultades que van a aparecer de toda índole. Dificultades absolutamente reales. De la ruta no podemos escapar. La mente ha empezado a ofrecernos toda suerte de imágenes y situaciones una más perturbadora que otra, la ansiedad crece, sentimos la impotencia y el enojo en forma creciente.
Si en este momento pudiéramos advertir la conciencia, veríamos que, si bien los pensamientos son como un torbellino, ella permanece en calma absoluta. Se ha generado, por así decir, un espacio entre la actividad de ambos: la mente y los pensamientos por un lado y la conciencia que es testigo de todo esto sin participar de la intensa batalla emocional. La conciencia advierte nuestro intenso malestar, pero curiosamente es como un lago en silencio, imperturbable, inmutable, serena. No ofrece nada. No da soluciones, no da consuelo, nada entrega. Solo está allí para ser observada. Si podemos observarla, detenernos en su "contemplación", podremos comprobar que si bien nada nos ofrece, se ha producido algo parecido a un alivio momentáneo de la presión que estábamos sintiendo previamente. Los pensamientos se han esfumado, tal vez por unos segundos. Podemos respirar, observar esa respiración, ser conscientes de ella y volver a darle un vistazo a la conciencia y ver qué pasa ahora. Veremos que nada ha sucedido. El silencio en el que ella impera es el consuelo que podemos ofrecernos. 

jueves, 17 de septiembre de 2015

UN CONOCIDO CUENTO SUFÍ



-Estaba considerando mudarme con mi familia a este pueblo, confió un hombre al sabio anciano del lugar.
-No sé si nos adaptaremos, ¿cómo son los habitantes de este pueblo?.
-El maestro le respondió: ¿Cómo son los habitantes de tu pueblo?.
-Mmm, son haraganes, maledicentes, sembradores de cizaña y mentirosos, en su mayoría.
-Pues justamente ésa es la clase de personas que habitan este pueblo.
Lógico es suponer que el hombre despavorido huyó ya que no se le vio más por el lugar.
Al cabo de un tiempo, pasó otro hombre con su familia.
Buscó hasta hallar al maestro sufí y le dijo:
-Tal vez nos mudemos a este pueblo.
-¿Cómo son las personas que aquí viven?.
-¿Qué clase de personas viven en tu pueblo?.
-Oh, gente amable, compasiva, afectuosa, optimista. Pienso si me acostumbraré porque ¡sé que voy a extrañarlas!.
- Tal vez no te sea tan difícil, le respondió el maestro, justo esta es la clase de personas que habitan este lugar.

La historia alude que todo aquello que distinguimos en los demás, está presente en nosotros.
Se dice de los maestros sufíes que son aquellos que tienen los pies en la tierra y la cabeza en el cielo.
Constituye una parte del misticismo islámico y conforma la cosmovisión del mundo islámico que tiene que ver con aquello que se atribuye a lo sin palabras.

martes, 15 de septiembre de 2015

LA SERPIENTE EN LA OSCURIDAD



Este es el ejemplo usado por los Maestros cuando quieren objetivar las fallas que tienen nuestras percepciones. Pisar una soga en la oscuridad puede hacernos fallecer del pánico si lo interpretamos como una serpiente. Cuando encendamos la luz, veremos que la información proveniente de nuestros sentidos (el tacto en este caso), es falsa o por lo menos muy distorsionada.
Las percepciones están condicionadas por los sentidos y el cerebro. No es raro, al ser imperfectos, que la percepción se almacene como un recuerdo erróneo, a pesar de lo cual, es quien configura la memoria. 
Sabiendo todo esto es que sabremos que no podemos confiar ciegamente en lo que percibimos para no caer en un espejismo, en una ilusión.
Al tratar de concretar una idea, podremos advertir el surgimiento de un conflicto si no tenemos claro cómo llevarla a la práctica, ésto nos generará confusión y diferentes estados de ánimo desagradables. Si a lo descrito se suma la opinión en contraria de nuestra idea, nos molestaremos aún más con quien nos manifestó discrepancia.
Nos perdemos en este embrollo, caemos en manos de los hábitos e impulsos. Ellos, generados por la conciencia hacen de ella un acumulador.
La tarea que nos toca, si queremos desprendernos de los círculos de este tipo es la de analizar, de observar la aparición de las sensaciones agradables y desagradables, cómo se expanden y cómo se extinguen. ¿Cómo nacen las sensaciones?: cuando hay un contacto entre los sentidos y los objetos externos. La forma de evitar que se acumulen las sensaciones es ver cuando surgen, aceptarlas, advertirlas como son, como se presentan. ¿Es tarea fácil guardar silencio ante lo desagradable?, no es resignación, es comprensión profunda de la situación. No aceptar nada sin comprender. Comprender que todas las cosas, las agradables y las otras, son insatisfactorias por su propia naturaleza. La felicidad más absoluta, no solo estanca, sino que a través del apego a ella, sufriremos cuando desaparezca. Entender esto puede no hacernos felices, en su interpretación, pero tal vez estemos más cerca de experimentar la libertad sin apego.
Con respecto de la comprensión, Dhiravamsa, reconoce la comprensión de aquello que conocemos: tradiciones y prácticas religiosas, por ejemplo.
Otro grado de comprensión es la investigación de aquello que conocemos sin conformarnos porque pertenezcan a nuestra crianza, sin arrogancia. La investigación nos incluirá a nosotros mismos, determinando qué clase de personas somos, qué hábitos tenemos y nuestras tendencias. Este cambio en principio superficial, nos permitirá tener libertad de pensamiento. Es allí donde nos transformamos en pensantes e investigadores.
La comprensión más profunda es un proceso creativo, sólo obtenible a través de un desarrollo interior. En silencio, podremos aproximarnos con mente abierta y clara a lo propuesto por la existencia. Así nace esta comprensión, es parte de la mente pero no es parte de sus creaciones. Abandonar nuestra carga es tarea de todos los días. Todos los días, entendiendo nuestro sufrimiento y el de los demás iguales, disponiendo de silencio, para obtener la profunda comprensión, observando lo que sucede aquí y ahora.
De: La Vía del no Apego (modif) de Dhiravamsa.

jueves, 10 de septiembre de 2015

EL PUEBLO DEL HIJO DEL VIENTO



Tepoztlán, integrante de la lista de ochenta y tres pueblos mágicos de México, en base a determinadas características, debe su nombre en Náhuatl al Dios que le dió origen: Tepoztecatl, (tlán: junto a), "en compañía de Tepoztecatl".
Ubicado en el faldeo del cerro Tepozteco, pertenece al estado de Morelos, a 17 Km. de Cuernavaca.
Hay diferentes leyendas sobre el origen de Tepoztecatl, de modo que iremos haciendo referencia a algunas que van ofreciendo sus versiones, sin decantarnos por ninguna.
Según se cuenta, era hijo de una doncella/princesa, quien, gracias a la intervención de un pájaro rojo/aires de las barrancas del río Atongo donde se bañaba, se presentó embarazada ante sus padres.
Cuando el niño nació, fue arrojado en una caja de madera al río/el abuelo furioso intentó matarle tres veces: arrojándolo contra unas rocas y el pequeño se posó en una llanura, sobreviviendo, lo abandonó al lado de la planta de Maguey, quien inclinando sus hojas le alimentó con aguamiel, se le considera protector de dichas plantas dadoras de Pulque, bebida fermentada y del Mescal (Mexcalli) y por último le depositó en un hormiguero de hormigas gigantes quienes le alimentaron. Al fin, fue adoptado por una pareja de ancianos.
Vivían cerca de Mazacuatl, una serpiente a la que el pueblo alimentaba con ancianos que sacrificaban con dicho propósito. Un día el padre de Tepoztecatl, fue anoticiado que sería sacrificado para alimentar a Mazacuatl. El niño se ofreció para ocupar su sitio. De esta forma, mientras iba acercándose donde habitaba la serpiente, iba recogiendo "aiztli", fragmentos de obsidiana. Cuando fue devorado por el animal, utilizando el aiztli, desgarró las entrañas de la serpiente y pudo liberarse de su destino.
En otra oportunidad, deseó tocar el "Teponaxtl", instrumento que incluye un tambor y flauta, los que festejaban se negaron y enojado les cegó con arena de una tormenta de viento que desató.
Huyó con el instrumento musical y como le perseguían, orinó formando la garganta que cruza Cuernavaca.
Llegado a Tepoztlán, subió a la cima del cerro Ehecaté y la gente que le perseguía cortó la base del cerro para atraparle, originando las "corrientes de aire".
Como presunto hijo de Quetzalcoatl (dios del viento), no es raro que sus andanzas estén relacionadas con el aire, los vientos etc. Fue designado Señor de Tepoztlán y sacerdote del dios Ometochtli (Dios Conejo). Posteriormente desapareció/se fue a vivir a la pirámide/fue convertido a la religión del invasor cristiano. 
Esta historia hace referencia constantemente a uno de los cuatro elementos: el aire, al que se le atribuye la razón y el pensamiento.
Los pobladores aún en la actualidad, creen que las diferentes posiciones que va adoptando el sol en su diario recorrido, son también las diferentes miradas que Tepoztectl, regala a su pueblo cada día.
Hay varias otras versiones. Creemos que tantas como aquellos que gustamos de indagar en los mitos y en su presencia invisible pero aún palpable en la memoria de las personas que habitan esta Tierra.
Hilosdepiedra.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

EL TESORO OCULTO



Santideva: "Tener un enemigo es como poseer un tesoro oculto en nuestra propia casa sin haber realizado esfuerzo alguno por conseguirlo. Deberíamos cuidar a nuestros enemigos porque ellos constituyen la mejor ayuda en el camino que conduce a la iluminación".
Henry Wadsworth-Longfellow: "Si tuviéramos acceso a la biografía secreta de nuestros enemigos y comprender toda la tristeza y sufrimiento que encierran, toda nuestra hostilidad hacia ellos se desvanecería".
Los autores sostienen que por más desagradable que nos parezca la idea, todos nosotros necesitamos enemigos. Nuestra existencia no solo dependería, sino que en ocasiones, progresaría gracias a ellos.
Desarrollan en una serie de ensayos, los aspectos morales, filosóficos, en lo personal y en lo colectivo, el origen y función de la figura del adversario.
Parece que el proceso de creación de enemigos, cumple una importante función: "la atribución inconsciente y cruda a nuestros enemigos de aquellos rasgos que nos resultan especialmente intolerables de nosotros mismos".
Desde lo psicológico, el proceso  de creación de un enemigo, parece originarse en una proyección de nuestra sombra (entradas anteriores de este concepto jungeano), sobre aquellas personas que debido a razones muy difíciles de comprender, se adecuan  a la imagen que tenemos de lo inferior.
Podemos pasar lista de "aquellas personas a quienes despreciamos o contra quienes albergamos algún tipo de prejuicio para caer presa de los aspectos más turbios de nuestra naturaleza".
Si se refiere a lo colectivo, (nación, raza, religión etc), el proceso de creación de enemigos "adquiere proporciones míticas, a veces trágicas". "Las guerras, las cruzadas y las persecuciones, constituyen la expresión más terrible de esa sombra que forma parte de nuestro legado instintivo tribal".
"No es de extrañar, entonces, que las mayores atrocidades de la historia de la humanidad se hayan perpetrado en nombre de causas justas cuando la sombra de toda una nación, o un grupo humano se proyecta en la figura del enemigo y llega a convertir, de este modo, a otro grupo humano en infiel, cabeza de turco, o chivo expiatorio de nuestras propias culpas".
El enfrentamiento con nuestros enemigos "cumple una función redentora", según el sociólogo Ernest Becker: "Si hay algo que nos han enseñado las terribles guerras de nuestra época es que el enemigo cumple con la función ritual de redimirnos del mal. Por eso, todas las guerras han sido consideradas "guerras santas", en el doble sentido de constituir, por una parte, una forma de librar al mundo de la maldad y, por la otra, una revelación de nuestro propio destino, una prueba de que Dios está de nuestra parte".
"Nuestra época ha derrochado una enorme cantidad de recursos humanos y materiales tratando de mantener vigente la figura del enemigo..."
"El mundo, (a pesar de ello, o, gracias a ello), parece estar esperando una era de cooperación constructiva, un nuevo milenio en el que utilicemos nuestra energía en resolver los problemas, en lugar de malgastarla en seguir creándonos enemigos".
"El verdadero adversario de nuestro tiempo (la extinción de especies, contaminación, el hambre, la pobreza de gran parte de la humanidad,etc.), está más allá de toda proyección".
 Podrá resolverse adecuadamente, cuando asumamos y seamos los dueños de nuestra sombra colectiva.
De: "Encuentro con la sombra, el poder del lado oculto de la naturaleza humana": C.G. Jung, J. Campbell, J. Bradshaw y otros.


martes, 8 de septiembre de 2015

EL ESPÍRITU DE DESPERTAR




En "El espíritu de Despertar", el Maestro Taisen Deshimaru, revela lo que los practicantes del Zazen, empiezan a experimentar en algún punto de su práctica: "Cuando nuestro espíritu se vuelve iluminación, sin ego, iluminación invisible, samadhi, desaparece todo deseo, toda ambición. No queda nada. Es la última estación de nuestra vida, el punto 0. Hay que volver a este punto, a este estado de espíritu interior, en caso contrario la vida es difícil. Tampoco vale la pena hablar a los demás del hecho de estar solo frente a uno mismo. Es una decisión interior y personal. Es la verdad. La vida se vuelve entonces ligera como una nube blanca". 
"El estado de samadhi es un estado delicado en el cual el cuerpo no siente nada sino la paz perfecta en la alegría profunda".
"El espíritu de samadhi es como cuando en una habitación cerrada, la llama de una vela rompe la oscuridad aclarando los objetos que la rodean".
"Abandonar las nociones de exterior y de interior, de ir y de venir. El espíritu individual no está ni afuera ni adentro. Va y viene libremente, sin apegos. Un pensamiento es montaña, agua, tierra. El pensamiento siguiente es una nueva montaña, nueva agua, nueva tierra. Cada pensamiento es independiente, nuevamente creado, vital e instantáneo".
"Por ser origen de toda actividad real, el espíritu de despertar aparece por sí mismo, natural y automáticamente. No puede ser definido ni por la existencia ni por la no existencia, ni por el bien ni por el mal...."
"En esta vida y en esta muerte, está incluida nuestra vida real, la vida de todos los días, con sus sufrimientos y su tristeza, sus desdichas y sus dificultades pero también con su alegría y sus oportunidades. Pero el verdadero espíritu de despertar se manifiesta con más frecuencia en la desdicha que en la suerte y en la alegría. La felicidad es como una burbuja".
De: "El Anillo de la Vía".