lunes, 3 de marzo de 2014

AROMAS DEL PASADO

SHUNUC.COM

Escribe Estanislao Bachrach"...Al pensar una idea, no importa si es muy absurda o tonta, la mente empieza a descomponerla en distintas partes buscando las interesantes para poder construir a  a partir de allí ideas nuevas que se relacionen con su desafío.
Cuando nuestra mente compara un problema con algo inusual se establece una especie de necesidad de que esa comparación tenga sentido. Formamos nuevas relaciones y conexiones que pueden 
llevarnos a tener una idea futurista, distinta, creativa.
Cuando las neuronas son expuestas repetidas veces a un estímulo particular, aprendemos de estas experiencias. Estas últimas (las experiencias) comienzan a alojarse en regiones particulares del cerebro desde donde podemos procesarlas automáticamente sin un esfuerzo cognitivo importante. Por el contrario, las experiencias nuevas agregan nuevas conexiones neuronales.
La imaginación y la creatividad mejoran cuando el cerebro reacciona a nuevas percepciones, en particular si se intenta experimentar el mundo de nuevas formas. Ir a lugares donde nunca antes se ha ido, donde los sentidos huelan, escuchen y vean cosas que nunca antes se ha experimentado. Explorar el arte de un museo, escuchar música compleja, y dejar que la mente interprete sus patrones. Disfrutar de la música estimula muchas secciones del cerebro y presenta oportunidades para crear nuevas conexiones neuronales.
Algunas investigaciones del neurólogo Richard Restak sugieren que escuchar a Mozart unos pocos minutos cada día puede impulsar el conocimiento a través de muchos niveles, desde percepciones simples hasta pensamientos más profundos.
El olfato es el más viejo de nuestros sentidos y, por ello, la conexión con el cerebro es directa, sin intermediarios, como otros sentidos (audición por ej). Esto se debe a que, evolutivamente, el olfato era el encargado de decirnos con rapidez si un alimento potencial olía mal y podía ser nocivo para nuestra salud. Hoy todavía podemos hacerlo bastante bien con olores nauseabundos, ciertos químicos, etc. Algunas investigaciones realizadas en el mundo de los negocios arrojan datos divertidos y veraces. El olor a limón aumenta las ventas en restaurantes de mariscos, y el olor a pasto o tierra cerca de los lácteos eleva las ventas en los supermercados porque nos recuerda de dónde vienen esos productos y produce la sensación que son frescos. Cuando se trata de autos del lujo o negocios de valijas, el olor cuero se asocia con la recompensa y relajación. En algunos negocios de ropa, el olor a mar o a rosas y violetas mejora las ventas. En el ambiente inmobiliario, el aroma a galletitas recién horneadas seduce a la gente que visita casas para comprar. En los negocios de ropa femenina, el olor a vainilla duplica ventas, y en los de ropa masculina, el olor a miel o rosas hace lo mismo.
Al parecer, el pico para guardar en nuestra memoria los olores placenteros va de los cinco a los diez años, cuando podemos experimentar muchos olores por primera vez.
Los recuerdos de nuestra niñez representan tiempos en que éramos libres de responsabilidades y de las típicas ansiedades de los adultos.
Por ello, cuando volvemos a liberarlos a través de los olores, muchas veces los idealizamos, incluso si hemos atravesado momentos difíciles en la niñez". 
Marcel Proust evocaba:"cuando nada más subsiste del pasado, después de que la gente ha muerto, después de que las cosas se han roto y desparramado, el perfume y el sabor de las cosas permanecen en equilibrio mucho tiempo, como alma, resistiendo tenazmente, en pequeñas y casi impalpables gotas de su esencia, el inmenso edificio de la memoria".