miércoles, 28 de mayo de 2014

EL TIEMPO NO PARA, GIRA...


Cuando se consideran los pueblos antiguos, especialmente los denominados iranios e  indios (y en las vastísimas regiones en las que estos se han establecido a lo largo de las eras), es que aparecen los mitos surgidos de la necesidad de una regeneración periódica. 
Esto es lo que ha dado origen a la obra de Elíade y otros acerca del mito del Eterno Retorno, del que algo hemos comentado.
Es interesante cuando abordamos otro enfoque acerca del tiempo. Comentamos someramente los conceptos de la física con respecto al tiempo y algunas reflexiones de los filósofos sobre el tiempo.
Ahora nos parece que considerarlo bajo la mirada de estos pueblos (cómo sus mitos fueron "acuñados" por la civilización grecolatina y judeocristiana), nos da la sensación de estar completando el tema, en la superficie al menos. 
Los pueblos antiguos, al parecer, parecían "saber" que, de alguna forma, eran los primeros, casi "recién llegados" al planeta. Así, empezaron a "recrear" la historia, en base a la repetición (algo ya hemos comentado). Seguimos investigando un poco más. No nos quedaba claro la causa de esta casi "obsesión" por repetir, a través de las ceremonias, las de Año Nuevo, iniciaciones, ceremonias del fuego etc. que hemos planteado.
Aparentemente, citando a Eliade, "El sentido de la repetición es darle o conferirle una REALIDAD a los acontecimientos".
Otra de las interpretaciones (para nosotros geniales) es que "el hombre primitivo al repetir una y otra vez lo que acontece, le otorga al tiempo una DIRECCION CICLICA, ANULANDO LO IRREVERSIBLE".
Toda vez que se repite la ceremonia del período a conmemorar, el límite entre el pasado y el presente desaparece, de alguna forma, ambos confluyen. La Creación, se repite, una vez más y "está sucediendo ahora". No hay nada que temer. El tiempo ha vuelto sobre sus pasos, o,  ha dado una vuelta completa, según se mire.
No es de extrañar, entonces que los muertos "regresen" y vuelvan a comer en familia, así sea a través de una simbolización. El hombre es "un Homo Symbolicus"...
A causa de la repetición, el tiempo queda suspendido. Consideran que el hombre arcaico se opone a la Historia como "una sucesión de acontecimientos irreversibles, imprevisibles y de valor autónomo"...Como si la historia, por así decirlo, perdiera su poder "aleccionador" al re-intentar una regeneración de los hechos, aunque más no sea a través de los símbolos.
Sostienen que Hegel (fundador de la filosofía de la historia), reconoce lo que de irreversible y autónoma tiene esta última y a lo único que le confiere la capacidad de repetirse cíclicamente es a la Naturaleza. Hasta el infinito.
En esta recreación de los antiguos, no podía estar ausente la Luna.
Ejemplo insuperable de ciclos, las fases lunares pasan por la aparición, crecimiento, mengua y desaparición. La reaparición luego de tres días de tiniebla va a transformarse en uno de los símbolos más extendidos de estas repeticiones cíclicas a que hemos hecho mención.
Desde una "perspectiva lunar", tanto la muerte humana individual es tan necesaria como la de la humanidad toda, ya que se considera la muerte el requisito indispensable para que haya una regeneración.
Estos mitos de muerte seguidos de un renacimiento como raza humana, a cargo de un puñado de sobrevivientes, luego de un diluvio, de inundaciones o la inmersión de un continente fueron comunes en los pueblos caldeos, iranios, griegos, judíos, mayas del Yucatán, aztecas de Méjico etc.
Lo que resalta el autor es que todas las catástrofes tienen en su relato,  "un carácter optimista", finalizan, tienen un sentido y jamás es definitiva"
"Todo recomienza por su principio a cada instante".
Esta repetición es la que "mantiene al mundo en el mismo lugar, que lo mantiene en el mismo estado "auroral" de los comienzos.
"El tiempo se limita a hacer posible la aparición y la existencia de las cosas", "no afecta a la existencia porque él mismo se regenera sin cesar"...