domingo, 11 de mayo de 2014

EL TIEMPO DE LOS COMISARIOS

ORIGINAL: IMAGEN DE JEAN GABIN EN EL COMISARIO MAIGRET

No vamos a ocuparnos, al menos hoy de los precursores, Sherlock, o el Inspector Hércules Poirot, el Comisario Maigret y tantos otros.....
A propósito de estar leyendo "Aguas Turbulentas" de Ian Rankin, nos pusimos en contacto con las andanzas del Inspector John Rebus, de la Policía de Edimburgo. Este personaje se nos hizo conocido a través de la serie televisiva homónima.
Como nos pasa con el resto de sus colegas, el Inspector Wallander del sueco Henning Mankell, el Inspector Cao de Qiu Xialong, el Comisario Montalbano de  Andrea Camilleri, el Comisario Kostas Jaritos de Petros Márkaris, el Comisario Jean-Baptiste Adamberg y los abundantes personajes televisivos como el Inspector Morse, el Inspector Lewis y un largo etcétera, nos intriga ver cómo estos seres salidos de la imaginación (o no tanto) de sus autores "capturan" por decirlo de esta forma la atención del público y los fanáticos del género policial están dispuestos a seguirles donde vayan en sus agotadoras pesquisas.
Todos sabemos que en general van a resolver los casos que tienen entre manos, creemos que es éste el primer ingrediente. Nadie quiere "irse con las manos vacías". Bastante tenemos con la frustración diaria, cuando la realidad de los casos policiales acaparan la atención de todos, quien más, quien menos y que con el transcurrir del tiempo, en la mayoría de los casos, hay un olvido desalentador y parece que siempre "el villano acaba saliéndose con la suya". Pensamos que esta casi constante frustración es la que en principio da origen al éxito de estos personajes.
Tienen en común casi todos ellos, el tener el extraño privilegio de poder dedicarse a "tiempo completo" a un solo caso por vez. O, como en el caso de Wallander, jaqueado al principio por varias muertes, para su suerte terminan confluyendo en un único caso, en un único asesino.
Otra característica es que no importa cuán antiguo sea el caso a resolver, el protagonista terminará llegando al autor, no importando cuántas hojas y años pasen. Otra razón que se nos ocurre de peso en nuestro ánimo, cuando encaramos la lectura de este género.
El tema de los rasgos de la personalidad de los Comisarios no es menor.
El factor común que tienen entre ellos es la soledad. Unos por haber sido maridos difíciles por su oficio, otros por su soltería, algunas veces sufridas otras elegidas, otros como el de Jaritos, con una esposa comprensiva hasta cierto punto pero a la que se le oculta la mayoría de las angustias que le acosan para no preocuparla o para que no le abrume... 
Lo que les acerca a nosotros, sus lectores, además, es que sentimos que son hombres y mujeres comunes con las tribulaciones, problemas de adaptación, para subordinarse a jefes por lo general no tan competentes o más pendientes de la mirada "política", adicciones, enfermedades (no olvidaremos la angustia de Wallander cuando esperó el resultado de una biopsia durante casi todo un libro, su diabetes y anomalías coronarias), los amores contrariados, la muerte de familiares, de compañeros, en fin lo que nos pasa a la mayoría de los seres humanos y pensamos en ésta, como otra de las claves de sus éxitos.
Para finalizar, sabemos que hay muchos más de estos Comisarios y que en este momento no les estamos haciendo justicia. Por ahora, deberán conformarse con la que obtienen en la ficción. Hilosdepiedra.