sábado, 26 de abril de 2014

EL CUENTO FANTASTICO EN ARGENTINA DEL SIGLO XIX


Los escritores que pueden agruparse integrando la Literatura Fantástica en Argentina, fueron incentivados desde Europa en general. Según Haydé Flesca, hubo pocos cuentistas en el siglo XIX, y algunos cuentos no son del todo logrados.
Hubo autores, como Echeverría, que si bien pertenecieron al llamado Romanticismo, también incursionaron en el cuento fantástico.
La literatura no pudo sustraerse al influjo de la filosofía reinante en el período que comprende desde el 90 (fines del siglo XIX) y el curso del XX.
Los filósofos que más han influido son los llamados "irracionalistas", aquellos que sostuvieron el valor de la vida y de la creación, en desmedro de cualquier intento intelectualizador.
Lo no-racional pasa a ser lo real, de la mano de Nietzsche, Williams James, Hernri Bergson, y algunos no tan conocidos como Luis Klages, y Herman Keyserling.
En ese período hubo numerosos científicos que también desarrollaron interés por lo oculto. Las experiencias con magnetismo de Mesmer, la criminología que empezaba a despuntar como ciencia (Lombroso y similares) con teorías de correlato entre rasgos físicos y conducta delictiva, el espiritismo tan en boga, la Teosofía de la mano de Annie Besant, los Rosacruces, la astrología, las enseñanzas de Gurdjieff, el radiestecismo, el acercamiento a Oriente a través del budismo, del hinduísmo, la "inmersión" en la vida psíquica, a través del psicoanálisis propuesto por Freud, etc son elementos que ejercieron una influencia decisiva sobre la Literatura de esos tiempos y la aparición de lo fantástico.
En los ochenta,(S.XIX), lo fantástico poseyó ciertos contenidos que fueron ampliándose y extendiéndose a través del tiempo, ellos fueron: el cultivo de una irrealidad absoluta, como en "Alma Callejera", de Eduardo Wilde.
El misterio de la muerte no al estilo romántico sino contemplado desde el tedio o necrofilia y como parte de la angustia vital. "La Primera Noche de Cementerio", de E. Wilde.
La incorporación de lo exótico.
Los tópicos científicos incorporados en la obra, al estilo de Holmberg, al que se considera precursor de Quiroga y Lugones.
La presencia policial, la pesquisa en torno al crimen.
Las conductas psicopatológicas, evidenciadas en "El Hombre de la Levita Gris" de Carlos Olivera y posteriores autores que no pudieron sustraerse al tema de la locura, al mejor estilo de Poe.
La autora destaca que el cuento en Argentina despunta tarde, no abundando la historia que atrapara desde el comienzo  (como quería Poe), logrando de esta manera, este efecto desde el principio para no fracasar.
En el cuento todas las partes son esenciales, exige una técnica precisa. Nuestros autores, al parecer, no hicieron del arte su profesión y el cuento aquí tuvo "un afán paraliterario" de entretenimiento, crítica, anécdota. Asimismo, fue un tipo de literatura para ser consumida en el día, y ser publicada en diarios y revistas.