Maestro, un amigo me pidió prestado dinero y se niega a devolverlo. He insistido y nada, no reacciona. Este hombre era bueno hasta ahora y no sé qué sucedió. ¿Qué hago? Hijo, lo primero es asimilar la lección: el amor es una cosa y los negocios son otra. En cuanto al hombre, si no tienes con qué obligarlo, y no quieres usar métodos agresivos, sólo puedes esperar a que le dé la gana de pagarte. La gente es buena hasta que deja de serlo. No son ellos los que deben cambiar; eres tú.
Hilosdepiedra: El Maestro Zen deja librada a la voluntad del discípulo, el cobrar su dinero por métodos "agresivos". Eso, nos parece una expresión máxima de libertad absoluta. No le indica lo "correcto": "Hijo debes olvidarlo, si no quieres perder su amistad, o no dejes que la ira te invada, o perdónalo porque debe estar en alguna circunstancia que tú desconoces etc." Simplemente le mostró que las posibilidades están abiertas para él. El que tiene que decidir la manera de "atravesar" el difícil momento, con la menor cantidad de sufrimiento posible....
Maestro, mi jefe es un ser dual, bipolar, tiene varias personalidades. En casa y en sociedad es tierno, sensible, comprensivo, y en la oficina es un ogro cruel, despectivo, atropellador, soberbio. ¡No lo aguanto! ¿Qué debo hacer? Hijo, tu jefe no sabe quién es y quizás se anda buscando. Adopta roles según su conveniencia y porque los ha visto en alguna parte y los reproduce pero ninguno le satisface. Ese hombre sufre de identidad. Lo que debes hacer es alejarte de él para que no contagie su toxicidad a ti y a tu familia.
Hilosdepiedra: otra vez, aprender de ese balance sutil que hace el Maestro Zen del sufrimiento. Podría haber dicho: "Hijo, necesita que alguien le escuche, se le aproxime, vence la repugnancia, el sufrimiento del ego herido por el maltrato que te ocasiona y acerca tu oído a su corazón etc." Todo eso sería violencia, forzamiento de las cosas hasta el extremo de ocasionar más sufrimiento en el subordinado del que ya hay. De nuevo, la armonía de la propia familia, la suya propia, es tal vez, la única forma en que el subordinado continúe su contacto obligado pero al menor costo posible.
Maestro, acabo de sufrir una decepción amorosa y vieras cómo duele. Estoy desconsolado. ¿Qué puedo hacer para quitarme este dolor? Hijo, sólo esperar a que se te pase; esa es sólo una infección. El amor no duele ni decepciona, todo lo contrario, el amor enriquece y alienta a seguir viviendo. Lo que duele son las expectativas no cumplidas y el orgullo herido, y eso sólo lo cura el tiempo. Espera a que se te pase y vuelve a intentarlo.
Hilosdepiedra: lo más difícil, aceptar lo que es. Vale para cualquier otra situación. No queremos que nos pase lo que nos está pasando. Y sin embargo...pasa, sucede todo el tiempo. A pesar del esfuerzo que uno haga, seguirá sucediendo... Lo más difícil....
Maestro, llevamos caminando toda una vida....¿Podemos descansar un momento? Hijo, ¿Qué vas a hacer descansando? ¿Acaso vas a ver cosas distintas a cuando caminamos? Debemos caminar sin parar. La única manera de que no te canses es aligerando tu mochila de lo que no necesitas, pero no debemos dejar de caminar. ¡Queda tanto por recorrer y tan poco tiempo para hacerlo!
Hilosdepiedra: otro tema tanto o más difícil que la aceptación es la liberación del peso de la mochila. Esa mochila que cargamos y que con nuestro acuerdo aceptamos que vaya recibiendo cada vez más peso. Propio y ajeno.....
De: Cuentos Zen para la Vida Diaria y los Negocios. Mariano Merino. Bajo Lic. de Creative Commons