martes, 22 de abril de 2014

DE CYRANO A CAVOR

PANDORA ARCHIVES

Francis Godwin, un obispo inglés escribió en 1638, "El Hombre en la Luna o el viaje quimérico realizado al mundo de la Luna por Domingo González, aventurero español". Publicada luego de su muerte, fue traducida al holandés, francés y alemán. Su idioma original fue el inglés.

El extravagante poeta y pintor Cyrano de Savinien, más conocido como Cyrano de Bergerac, compondrá dos obras singulares entre 1648 y 1655. Estas son "Historia Cómica de los Estados e Imperios de la Luna" y el mismo título para el SOL.
El propio Cyrano será el protagonista, el cual revela cómo piensa llegar a la Luna, en lo que sería su primer viaje. Simplemente sujetándose a la cintura recipientes con rocío. Este último se eleva por los aires cuando es absorbido por los rayos solares. Los sorprendidos parisinos, lo ven elevarse un buen día. Rompe alguno de los recipientes asustado por la velocidad adquirida, cayendo en Canadá, ya que por la rotación, la Tierra se ha desplazado mientras él experimentaba el ascenso.
En otro intento, describe su despegue en una carroza a la que ha sujetado cohetes. Otro fracaso sucede cuando la pólvora al explotar, se ha consumido, precipitándose al suelo y lesionando a Cyrano.
Cual no sería su sorpresa cuando al curarse sus heridas con médula de buey, la sustancia fue absorbida por la luna y esto le permitió elevarse por los aires hasta pisar, por fin, el suelo lunar.
Al parecer, en ambas obras, el propósito de Cyrano, el escritor, ha sido satirizar a la sociedad de su época, al mismo tiempo que describe sus numerosos intentos para vencer la gravedad terrestre.
El hecho que nos sorprende, es que, como un precursor de la futura cohetería, Cyrano empleó dichos artilugios, para impulsar el frustrado viaje en la carroza "espacial".
Ya en la luna, es guiado por otro personaje creado por un escritor inglés., Domingo González.
Cyrano, fiel a su carácter, no puede impedir pelearse con los "selenitas" al sostener que la luna gira alrededor de la tierra y no al revés y es juzgado por herejía. Suponemos que en una alusión a los procedimientos utilizados por la Inquisición, y que ya hemos comentado.

Otro autor fascinado por los descubrimientos en Astronomía es Francois Marie Arouet (Voltaire), quien escribe un libro al que llama "Micromegas", donde narra las vicisitudes de un extraterrestre que llega a la Tierra. Procede de la estrella Sirio, el ser es descrito como de gigantesca estatura y poseedor de extraordinarios conocimientos que con mucho superan a los de la raza humana.
El personaje se desplaza por el espacio utilizando la fuerza gravitatoria de los planetas, dejándose arrastrar por la cola de un cometa o "a bordo" de un rayo solar.
En la Tierra y en Saturno quedará sorprendido por el diminuto tamaño de sus habitantes, su comportamiento por demás absurdo y al parecer, abandona este planeta sin llegar a entender que el mismo esté habitado por seres inteligentes.

El desarrollo de los temas espaciales y la atracción que ejercieron en esa época, llegaron a su punto culminante con Julio Verne, nacido en Nantes en 1828. Escribe "De la Tierra a la Luna", "Alrededor de la Luna","Héctor Servadac". Poseedor de un estilo sumamente detallista, Verne describirá los instrumentos científicos con pasmoso realismo. Para su histrorias, es posible llegar a la Luna en un recipiente metálico disparado por un cañón, efectuando cálculos matemáticos a fin de calcular la velocidad, la potencia necesaria para vencer la atracción terrestre, la posibilidad de quedar libre en el espacio etc.
Nos parece original y sutil que Verne atribuya la fabricación del gigantesco cañón a una empresa norteamericana, el Gun Club, impulsado el proyecto por su presidente, Impey Barbicane...
Los errores matemáticos de Verne para los expertos son ostensibles, y a pesar de poseer la descripción de los mismos con su fundamento hecho en base a cálculos correspondientes, no nos parecen funcionales a nuestro comentario. 
Lectores de su obra, queremos creer que habrá siempre. A pesar de todo.

Otro escritor que trató los temas de viajes espaciales fue Achille Eyraud, cuando publica "Viaje a Venus".

Edward Everett Hale, publica "La Luna Artificial", en la que narra que un grupo de treinta y siete científicos serán lanzados al espacio dentro de una cápsula-laboratorio.

Herbert George Wells, infaltable, fue ajeno a la rigurosidad científica cuando escribe que la luna posee su propia atmósfera, donde puede crecer vegetación similar a la de la Tierra. Es en este momento que su estilo pasó a ser el elemento fundador del género que se conocería como ciencia-ficción.
Títulos como "Los Primeros Hombres de la Luna", una de sus más célebres novelas, han cautivado a miles de lectores.

Kurd Lassawitz, profesor de matemáticas, anula la gravedad para poder plantear sus viajes, recurso que también empleó Wells posteriormente. 
Para Lassawitz, son los habitantes de Marte quienes descubren una sustancia "antigravitacional" , que les permite fabricar naves que floten a voluntad en la órbita de cualquier planeta.
Wells, en cambio, deja en manos del profesor Cavor, en Los Primeros Hombres en la Luna, la tarea descubrir una sustancia que aisla a los cuerpos de la atracción gravitacional. La sustancia sería llamada "Cavorita". Así Cavor puede llegar a la Luna sin contratiempos, donde hallará seres como insectos y dotados de inteligencia.
La lista es interminable de escritores que no pudieron resistirse a explorar el espacio desde la literatura.
Ni qué decir de aquellos que se dedicaron a escribir para el cine y la TV. Esa es otra historia...
Historia de la Astronáutica (Riego Ediciones).