martes, 15 de abril de 2014

EL HOMBRE, ESE ANIMAL...


La etología, o el estudio del comportamiento animal fue fundada por Konrad Lorenz y Niko Tinbergen, aproximadamente en los treinta.
Lo hacen, enmarcados en su época, y en oposición a aquellas teorías que sostenían que el comportamiento se "construye" sobre la base de lo aprendido, hasta que se hace automático a costa de la repetición de hábitos. Esta teoría imperante por estos años, se denominó "Conductismo".
La etología sostiene la presencia de los instintos, cualidad innata.
Las observaciones efectuadas en el comportamiento animal fueron proyectadas y aplicadas para el comportamiento humano, constituyéndose la Etología Humana. Para esta teoría, los instintos se han desarrollado en el proceso de la evolución y son producto de la selección natural, vale decir innatos.
Ese carácter de innato, es lo que le da a los instintos su cualidad de inmodificables y compulsivos, vale decir que persiste la acción a pesar de haber desaparecido el estímulo. También aseguran la perpetuidad de la especie.
El ejemplo dado por la autora, ya mencionada, María Cristina Chiriguini, es el de las abejas que "siguen" el mensaje impartido por la abeja "mensajera", que las lleva a abandonar la colmena y vuelan la distancia ya determinada por la "abeja danzante o mensajera" , comenzando a buscar la flor que emita el aroma transportado por la mensajera. (Observación de Tinbergen).
Ese carácter de innato del instinto, es el que les impide a las abejas no obedecer el mensaje comunicado a través de la danza de la mensajera.
No existe la posibilidad de alterar en nada el manual de instrucciones que ya llevan "impreso".
Esto se hace extensivo a las pautas de conductas que recién aparecen cuando el animal se transforma en adulto, como pasa por ejemplo, con el instinto reproductor.
Lo que se ha determinado es que la aparición de los instintos está genéticamente determinado, así como la desaparición de los mismos.
Estos estímulos que desencadenan la aparición o la desaparición de los instintos pueden ser de carácter hormonal (sexual) o de carácter externo como el impulso del hambre.
Para Lorenz, en cambio,  los desencadenantes siempre son internos, de ahí que puedan producirse aún en ausencia de estímulo.
Para otros etólogos, los instintos pueden ser dencadenados por algo externo como el color, el movimiento, el aroma, el sonido etc. Lo importante es saber que sea cual sea el disparador, funciona de manera idéntica entre los animales de la misma especie.
El gallo doméstico grita dando la alarma no sólo cuando aparece el gavilán sino ante una paloma o cualquier otra ave que irrumpa de forma brusca.
Tinbergen observó que si internamente el animal no está preparado, aún en presencia del estímulo, el instinto no hace su aparición, sobretodo aplicados a la época de apareamiento, celo y reproducción...
El aprendizaje se hace en etapa temprana y se denomina de "troquelado sexual" así por ejemplo, los gansos puestos en contacto con animales de otra especie, desde muy temprano (patos por ej), reaccionarán sexualmente con éstos cuando sea el tiempo, es decir con los animales con los que han ido creciendo.
La etología, ha puesto también en escena a la "adaptabilidad" de ciertas conductas y a las estrategias puestas en marcha, por ejemplo, la conducta agresiva de un macho en "su" territorio y que pasa a la sumisión en territorio ajeno.
Lorenz incluyó al hombre como portador de instintos, no dudando en "biologizar" el comportamiento humano. Así sostiene:" Los historiadores se verán obligados, pués, a encarar el hecho de que la selección natural determina la evolución de las culturas tanto como de las especies"...
 Para Lorenz, tendríamos desencadenantes innatos que inscriben nuestras acciones en el CONTEXTO DE LO INEVITABLE. Entre ellos la agresión, que parecería instalada en la especie humana de modo semejante que en las ratas. Estas, se comportan de modo cariñoso en familia y desatan una violencia mortal cuando se acerca un extraño identificado por el olor. Así llegó a la conclusión que la 
sociedad humana está constituida en forma similar a la de las ratas, poniendo de ejemplo el comportamiento tribal.
La teoría mencionada en este comentario, la etología, es una de las ciencias que sustentan a la Sociobiología, de la que hemos hecho mención anteriormente.