domingo, 5 de enero de 2014

MISTERIOSA FASCINACION POR EL DESIERTO

Macabru era simplemnte una sombra que la luz de la aurora articulada en objetos y planos.; por el momento lo ùnico que se podìa decir era que no formaba parte del desierto. Suspendido sobre los càlidos bordes de la luz, reservaba sus bellezas para la luna inminente.....
Solo cuando estuvimos muy cerca divisamos la esbelta tulipa de un minarete y una superficie de agua que se rizaba como un espejo, del tamaño de un lago....Los orìgenes de Macabru habìan sido modestos en verdad: un santuario y una fuente, pero era un verdadero oasis con un espejo de agua, un lago claro como el cristal donde las nubes flotaban dìa y noche. Esbeltos, los juncos bordeaban el lago sagrado.
Al final de la aldea provisional (puès tal era lo que se formaba todos los años durante tres dìas), nos dimos con una gran tienda rayada cuya entrada estaba sostenida con postes. Allì abandonamos nuestros caballos y, encantados de saber que Akkad no habìa llegado aùn, volvimos a sumergirnos en la feria que era para nosotros uno de los lugares màs fascinantes que hubièramos visto..................
...No dejaba de encontrar yo en Akkad a un personaje muy sorprendente y atractivo, que en su comportamiento y en su discurso mostraba repentinos giros que parecìan arrastrarlo siempre a los rincones màs oscuros de sus propios pensamientos: como si para poder decir una simple palabra tuviera que arrancarse de algùn ìntimo trance de meditaciòn.... (siempre en la feria)......El hombre distribuìa gratuitamente el agua en nombre de un rico que habìa estado en la Meca y que era famoso por su caridad. El vendedor, que llevaba sobre los hombros el odre oscuro y babeante, nos ofreciò la copa dorada de la cual bebimos todos, y nos puso tambièn un espejo ante la cara para recordarnos que èramos mortales y habìamos de morir. Un anciano jeque compartiò la ceremonia con nosotros , tras lo cual diò bondadosamente una moneda al aguatero e hizo que èste le salpicara la cara y la barba con agua perfumada....Nada habìa que hiciera pensar que todos los invitados pertenecieran a una tendencia religiosa determinada: era simplemente una reuniòn social màs......La noche olìa a jazmines y cera caliente. El suelo arenoso del desierto desaparecìa bajo una espesa pila de alfombras que nos protegìan de la leve humedad nocturna.....
Sabine.... vestìa como una gitana y, habìa llegado a El Cairo con una caravana proveniente de Tùnez. Tenìa el pelo y las palmas de las manos teñidas con alheña y la belladona daba un aire deslumbrado y estupefacto a sus ojos, torpemente destacados con kohol.....Pero Akkal la amaba. Akkad la aceptaba como era.....Sin embargo, èl la amaba porque jamàs habìa necesidad alguna de decirle nada, de explicarle, de aclararle.... Parecìa que con su apariencia humilde estuviera diciendo: El  lo sabe todo, lo entiende todo...pero lo mejor es que sabe que eso no tiene importancia ninguna. No hay necesidad de rogar, no hay necesidad de convencer...
......No es cuestiòn, prosiguiò en voz màs baja, de llegar a un pequeño compromiso en nombre de la felicidad: la cosa va màs profunda......Soñàbamos con una convicciòn perfecta de la verdad del ser que fuera independiente de pruebas razonables.....Akkad, de pie entre nosotros con su abba mil veces zurcido, el que se ponìa para pintar sus vìvidas acuarelas, sonreìa con una sonrisa somnolienta y jubilosa......Una luna resplandeciente vertìa su luz derretida en el lago donde los altos juncos, dibujados en negro tinta o convertidos en mòvil mercurio......la arena del desierto podrìa haber sido nieve....En cuanto a èl, se sentò en el lugar del jeque, se quitò las gafas y cruzò las manos mientras clavaba una mirada somnolienta en la oscuridad de la mezquita.....El otro individuo consultò una pila de textos y, despuès de aclararse la garganta, anunciò frìamente una lectura de la Pistis Sofìa (ver entrada del blog: Mitos Gnòsticos), con la misma impasibilidad con que podrìa haber anunciado que leerìa el pronòstico del tiempo....Akkad pareciò orar, puès extendiò sus largos dedos mientras elevaba las manos entrelazadas....Akkad nos habìa dado entender que la Pistis Sofìa era un texto copto y escrito en esa lengua. Asì era en verdad, pero el copto a que èl se referìa era en verdad una traducciòn del griego...pertenecer a este credo era permanecer fiel a la fundamental desesperaciòn de la realidad, era comprender de manera total y decisiva que no hay esperanza alguna a menos que se pueda destronar al dios usurpador, y que al parecer no hay forma de lograrlo. Si en ese, mi primer contacto con los gnòsticos hubiera entendido màs, me habrìa inundado la misma desesperaciòn que al parecer a ellos les inundaba.....Lo que el propio Akkad llamaba: la muerte misma de dios....puès el prìncipe usurpador habìa matado al rey original cuyo reinado habìa sido un ejemplo, no de la discordia de la naturaleza, sino de congruencia y de su armonìa. Bajo su reinado el nacimiento y la muerte habìan sido cabalmente comprendidos, el espìritu y la carne...hasta que el Prìncipe de las Tinieblas ocupò su lugar en el trono....
Uno de los derviches trajo una enorme cesta de mimbre plana y la colocò a los pies de Akkad, quien al levantar la tapa dejò ver una serpiente muy grande, una cobra de una especie que yo no conocìa. Era mucho màs grande que la cobra egipcia comùn, y tal vez viniera de la India. Pero su color era extraordinario: una especie de rosa nacarado que en la parte inferior del cuerpo se convertìa insensiblemente en violeta.....Mirò a su alrededor mientras su lengua ahorquillada entraba y volvìa a salir....le pusieron delante un platillo de leche en el que flotaban algunas moscas muertas....Akkad le pasò la mano confiadamente por encima y la serpiente aceptò la caricia como podrìa haberlo hecho un gato.....Para nosotros es el sìmbolo del caduceo de Esculapio, de la columna vertebral de la serpiente kundalini de los hindùes....es tambièn el falo sagrado de Grecia y del Egipto y de la India,....pero la pura verdad de Ophis, como ustedes comprenderàn, no se puede expresar adecuadamente en palabras....A medida que ustedes envejezcan encontraràn que recordarla es algo misteriosamente fructìfero y enriquecedor, por màs que nunca sean capaces de analizar y descubrir exactamente el porquè.....Nosotros, los poetas del gnosticismo, pensamos que cada època tiene su metafìsica y no hay càlculo que no se eleve sobre un primer tèrmino, uno fundamental.....La realizaciòn de si mismo es fundamental........ todavìa se nos considera enemigos del staus quo, de los intereses creados que mueven al Prìncipe a silenciarnos. No hay màs que una cosa, un arma que nos es propia: a èl le aterroriza la idea del suicidio gnòstico por atriciòn, por una firme negaciòn del mundo tal como es....La aprensiòn le invade el alma, pero entonces recuerda que no somos numerosos, y que en opiniòn del resto del mundo no somos màs que una pequeña banda de fanàticos desorientados que se niegan a admitir la soberanìa de las tinieblas, que se rehùsan a ser gobernados......

De: MONSIEUR. El prìncipe de las tinieblas. De: Lawrence Durrell.

El autor naciò en Jalandhar, India en 1912, se le conoce como poeta y novelista en la dècada de los 30. En la Segunda Guerra Mundial, se refugia en el Cairo y luego en Alejandrìa. Luego estuvo a cargo del British Council en Còrdoba Argentina. De allì va a Belgrado, se radica en Francia y fallece en 1990. (Resumen).
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PERT. A HILOSDEPIEDRA.