Maestro, cuando medito me voy controlando y veo mi avance, pero tengo dudas, ¿Estoy realmente progresando en el camino?
Hijo, la meditación no es clonar la mente sino eliminarla. Debes dejar que los pensamientos fluyan y no hacerles caso, hasta que llegue el momento de que la mente, cansada de tu indiferencia, deje de fluir. En ese momento, gozarás de los beneficios y lo sentirás en tu cuerpo. Si te controlas, estás creando otra mente.
De: "Cuentos Zen para la Vida diaria y los negocios", Mariano Merino.
Comentario: se nos ocurre que a lo descrito, se le puede agregar un ejercicio que ya hemos comentado aquí y que nos parece de mucha utilidad, para el desapego de los conceptos, los juicios, las creencias y poder ser ecuánimes. etc.
Aprovechar cuando nos toca hacer un trámite engorroso. Ejemplo, una larga fila, esperando ser atendido.
Dedicarle una atenta mirada a lo que nos rodea, omitiendo juzgar aquello que vemos, u opinar mentalmente, o tratar de "interpretar" gestos, o escuchar diálogos, o calificar de cualquier forma lo que observamos.
Tratar de hacerlo enfocando diferentes áreas del lugar. Distintas personas, en actitudes diversas, siempre sin calificar.
Esto es también recomendable en los viajes en tren, en colectivo.
Hemos probado y es verdaderamente instructivo. Al principio cuesta. Nos sorprendemos pensando: qué flaca, qué sucio, qué mal educado, qué lindo, qué piel tan....qué....parecen padre e hija, ¡cómo habla por el celular! ¿Qué le está contando?.....
Al tiempo, de practicar, somos capaces de transitar parte de nuestro itinerario, conscientes de que no estamos calificando nada, sólo observando.
En la entrada en la que desarrollamos este tópico, aclaramos que este ejercicio lo hacemos, obviamente, cuando no se trata de juzgar o interpretar para resguardarnos en alguna situación potencialmente riesgosa para nosotros. Hemos escrito que es un mecanismo de supervivencia el interpretar correctamente la actitud ajena....
Comprobaremos, que nos es más fácil, luego, no albergar prejuicios acerca de los otros, que no dejamos que interfieran con lo que realmente importa, es decir estamos, sin darnos cuenta desarrollando ecuanimidad, es decir estamos impidiendo que nuestra emociones interfieran en nuestras decisiones...
Repetimos una frase atribuida a Freud, que sin ser budista, aconsejaba para acercarse al discurso del paciente: "escuchar sin juzgar", pensamos que no lo hizo tan mal. Hilosdepiedra.