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....Las mejores piernas, sin embargo, pertenecían a Roshan. Nadie corría como Roshan, que había crecido en las calles de Calcuta al cuidado de ladrones, mendigos y toda una suerte de fauna de aquella jungla de pobreza que eran los nacientes barrios en expansión al sur de la ciudad. A los ocho años, Thomas Carter lo trajo al St. Patrick`s y, tras varias fugas y retornos, Roshan decidió quedarse con nosotros. Entre sus talentos estaba la cerrajería. No había en la Tierra un cerrojo que se resistiera a sus artes.
Ya he hablado de Siraj, nuestro especialista en casas encantadas. Siraj, amén de su asma, su complexión débil y sus salud enfermiza, poseía una memoria enciclopédica, especialmente en lo tocante a historias tenebrosas de la ciudad (y las había a cientos). En los relatos fantasmales que adornaban nuestras veladas señaladas, Siraj era el documentalista y Ben el fabulador. Desde el fantasma cabalgante de Hastings House al espectro del líder revolucionario del motín de 1857, pasando por el horripilante suceso del llamado agujero negro de Calcuta (donde murieron más de cien hombres asfixiados tras ser apresados en un asedio al antiguo Fort William), no había cuento ni episodio macabro de la ciudad que escapase al control o análisis y archivo de Siraj. Huelga decir que, para los demás, su pasión era motivo de regocijo y celebración. Para su desgracia, sin embargo, Siraj sentía una adoración por Isobel rayana en lo enfermizo. No pasaban seis meses sin que sus propuestas de matrimonio futuro (invariablemente declinadas) fueran causa de tormenta romántica en el grupo y agudizasen el asma del pobre amante ignorado.
Los afectos de Isobel eran competencia exclusiva de Michael, un muchacho alto, delgado y taciturno que se entregaba a largas melancolías sin motivo aparente y que tenía el dudoso privilegio de haber llegado a conocer y recordar a sus padres, muertos en una inundaciones en el delta del Ganges al volcar una barcaza sobreocupada. Michael hablaba poco y sabía escuchar. Solo existía un modo de llegar a conocer sus pensamientos: observar las docenas de dibujos que hacía durante el día. Ben solía decir que, si hubiese más de un Michael en el mundo, él invertiría su fortuna (por ganar, todavía) en acciones de compañías papeleras.
El mejor amigo de Michael era Seth, un muchacho bengalí fuerte y de semblante severo que sonreía unas seis veces al año y aún así con reparos. Seth era un estudioso de cuanto se pusiera en su línea de tiro, devorador incansable de los clásicos de Mr. Carter y aficionado a la Astronomía. .....
Tan sólo me queda Ben y, aunque le he dejado para el final, me resulta muy difícil hablar de él. Había un Ben diferente para cada día. Su humor cambiaba a la media hora y pasaba de largos silencios con el rostro triste a períodos de hiperactividad que acababan por agotarnos a todos. Un día quería ser escritor; al siguiente, inventor y matemático; al otro, navegante o buceador....Ben era como un baúl sin fondo, lleno de sorpresas y también de misterios, de luces y sombras. Ben era, y supongo que sigue siéndolo, aunque haga décadas que no nos vemos, mi mejor amigo.....
De: El Palacio de la Medianoche. De: Carlos Ruiz Zafón.
El autor ha publicado una serie de novelas de atrayentes títulos para los aficionados al género: El príncipe de la Niebla; Las luces de Septiembre y Marina.
Para los adultos, publicó La sombra del Viento, que se ha transformado en el mayor éxito mundial de la novela española.
Tiene el mérito, nos parece de haber logrado que sus obras puedan ser compartidas por lectores de todas las edades.