Aparentemente la envidia, serìa una caracterìstica psicològica constante y permanante en todo el gènero humano. Este sentimiento, tendrìa su arraigo en la historia infantil de cada uno.
No siempre se la experimenta de manera consciente, y uno podrìa sorprenderse que estuviera subyacente y peor aùn que tuviera quizà que ver con la propia estima.
De todos modos, segùn algunos autores, (Cecilio Paniagua, Mèdico Psiquiatra ver nota al pie), la envidia podrìa ser considerada como una defensa contra la percepciòn de inferioridad, es como odiar a otro antes de hacerlo con uno mismo.
Tiene profunda relaciòn con ese sentimiento y la rivalidad experimentada en la infancia, a lo largo del desarrollo psicològico, por el niño en contacto con figuras significativas como padres, hermanos etc.
Es posible entender, de esta manera, porquè tiene la envidia algo de irracional y universal.
Obviamente que es fuente de sufrimiento ya que impide gozar de la fraternidad ò la amistad a pleno.
Se teme experimentar odio por estas personas tan cercanas a los afectos y por eso ese sufrimiento se origina en la sanciòn que el propio sujeto se aplica a cargo del superyo.
No debe poder soportarse lo penoso de esta situaciòn, asì que no es raro que de envidioso se pase a sentirse envidiado.
La percepciòn del logro ajeno, nos enfrenta a lo que carecemos, este sufrimiento constituye la llamada "HERIDA NARCISISTA".
El autor sostiene que la sola presencia de la persona envidiada, activa las carencias, avivando los sentimientos pre-existentes.
Hay otra faceta que puede ser considerada, segùn el autor, y es la coincidencia de la envidia y la veneraciòn en forma simultànea ligados a la misma y significativa persona.
Otra vez, los mecanismos de producciòn estarìan situados en la infancia.
Los adultos tienen una doble asignaciòn para el niño: por un lado frustran y por otro gratifican con sus acciones, esto genera el sentimiento ambivalente: las frustraciones generan odio y las gratificaciones, amor.
Asì cuando en el curso de su existencia, el sujeto se cruce con personas que tengan la suficiente significaciòn emocional, ò inconscientemente representativas de esas figuras primitivas, se generaràn ò activaràn mecanismos psicològicos de desplazamiento y generalizaciòn, manifestàndose en dichas tensiones afectivas.
Melanie Klein, fue quizà la màs valiosa teorizadora del tema de la envidia. A la envidia, esta autora, le atribuye cu derivaciòn de la agresiòn oral. La madre, en algùn momento de la historia, privarìa del alimento al niño, generando un deseo de destrucciòn del pecho materno por parte del niño, cada vez que es privado del alimento.
Para Klein, la envidia serìa innata, en oposiciòn al autor ya que de ser asì, quedarìa excluìdo el resto de "las adquisiciones psicoevolutivas posteriores en el desarrollo".
Para el autor, un tipo de envidia "muy conflictiva", serìa aquella experimentada al considerar las personas amadas. El cùmulo de sentimientos contradictorios generados, serìa reprimidos con el fin de hacer prevalecer toda la buena carga de nuestros sentimientos amorosos hacia ellos.
Nuestro "mal sentimiento" permanece incòlume por el que por todos los medios tratamos de justificar eso que sentimos. La manera màs comùn es por supuesto hallar algo que justifique lo que experimentamos, esto que nos impulsa a asumir estas maniobras es la culpa.
Hay autores, que atribuyen a una historia de escasez la base de la envidia.
Las profesiones, son uno de los màs comunes campos de batalla, donde la envidia "campea" a sus anchas.
Hay autores, como el presente, que recuerdan que Isaac Barrow, cediò su càtedra a Newton por considerarlo mejor que èl para desempeñar el cargo, lo cual no impidiò la rivalidad y conducta envidiosa que desarrollò èste contra Liebnitz.
Los ejemplos històricos abundan, quizà lo sea un Salieri y Mozart hasta el fin de èste supuestamente envenenado.
Es la envidia como un veneno, en cierta forma cuando actùa progresiva e insidiosamente.
Los ejemplos citados por este autor, siguen multiplicàndose: Strawinsky vs. Gershwin siendo recìproca en este caso, Juan Ramòn Jimènez contra su esposa.
Cuanto màs cercana la historia, màs compartida, provoca incremento en la envidia, apoyando la idea freudiana del "narcisimo de las pequeñas diferencias".
El tema de la envidia y los celos, es tambièn considerado por este autor, y de su relaciòn, surgen las rivalidades de la infancia entre hermanos, la lucha entre sì por el amor de los padres, de cuya naturaleza edìpica se han ocupado tantos prestigiosos autores.
"El mito de Caìn y Abel, està basado en la idea que tienen los niños de que la preferencia de sus padres por un hermano es debida a que èste posee alguna virtud de la que èl carece, ò que han perdido ò poseen en menor grado".
"A lo largo de la vida se va dando un proceso de socializaciòn en el cual se van implementando diferentes mecanismos psicològicos para hacer algo con la envidia y los celos que van apareciendo.Se los puede contrarrestar, neutralizar ò reprimir segùn se trate de lograr la aprobaciòn del medio social o del superyo. Por ello, las personas, son màs conscientes de los sentimientos cariñoso y menos de los sentimientos de envidia y celos que reultan reprobables. Cuanto nàs se niega haberlos experimentado, con màs fuerza e irracionalidad pueden aparecer".
Segùn el autor, los celos "son asunto de tres personas y la envidia de dos". "En la envidia se odia una persona ò un aspecto de esa persona, lo que en psicoanàlisis se denomina objeto total u objeto parcial".
"En los celos, se odia a una persona que creemos nos debe su atenciòn y amor y sin embargo, lo dirige hacia una tercera, siendo que ese amor nos corresonde a nosotros. Tambièn se odia a esa persona".
"Frente a la envidia como sentimiento universal, cada uno responderà de acuerdo a la intensidad de la misma y al repertorio de defensas psicològicas con que cuente".
"Estos mecanismos defensivos pueden ser adaptativos ò patològicos, poniendo el autor ejemplos para estos ùltimos la comisiòn de actos asesinos contra la persona admirada por sus cualidades grandiosas, o en el caso de un atentado terrorista, contra la sociedad considerada poderosa. El objetivo de èsto es no solo eliminar el foco de la envidia, sino participar màgicamente de su grandiosidad". Pone el ejemplo del asesino de J. Lennon.
" La forma de resolver el dolor frente a la envida, podrìa ser eliminando las caracterìsticas envidiadas" ( destruir con àcido la belleza ajena), o" a la persona que las posee".
"Las que por admiraciòn hacia alguien ponen en marcha mecanismos tendientes a lograr una fusiòn con la grandeza de la persona envidiada".
"Esta admiraciòn y estado de fusiòn constituirìan la asì llamada envidia sana". "Los motivos son los mismos para la envidia sana y la malsana, solo se diferencian en su manifestaciòn".
Las manifestaciones pueden ser desde negar los atributos, hallar otro tipo de defectos repudiables inexistentes, enfatizar los defectos reales, una hiperreactividad en el elogio insincera y de variable sutileza.
En otras situaciones, el envidioso puede desarrollar fantasias de "gemelaridad" ò alter ego, sintiendo devociòn, lealtad por el envidiado, que puede terminar en fanatismo.
Hace nota el autor que, ademàs, la admiraciòn manifestada, puede deberse a la llamada "formaciòn reactiva", en vez de sentir malèvolos sentimientos, se desarrolla una estima extraordinaria.
Continùa, si el objeto de la envidia y crìtica malèvola, muriera, se pasarìa a la ponderaciòn y a las reacciones afectivas, por un motivo principalmente: la culpa. En otra instancia màs difusa: el temor a la venganza del difunto.
Hay refranero, mencionando lo que hace el "envidiado" para defenderse de la envidia: la discreciòn, el disimulo, el ocultamiento de los logros.
Concluye afirmando que la calidad y cantidad de la envidia, reflejan la sensaciòn de carencia y defecto del envidioso.
Los aportes no son menos valiosos de esto que se ha compilado: a raiz de lo escrito sobre Caìn y Abel, hay un autor que pone el acento en los padres y lo que el padre en cuestiòn puso de diferencial en la vinculaciòn con cada hijo: Luis M. Estalayo, Padres Imaginarios. Otro aporte sobre el tema de la envidia, se hace desde el artìculo: las raices de la envidia de Gerhardt, Aperturas Psicoanalìticas Nº 35, donde la envidia se establece de manera secundaria, a la sensaciòn de haber sido rechazado por el otro con quien se quiere ser como èl o ser uno solo con èl.
Remite a Gerhardt para la profundizaciòn acerca de los tèrminos self y el deseo/necesidad arcaico se sentirse uno con/ el mismo que el objeto. Tambièn Barrow 2002, Harris, 1998,2002, Benjamin, 1988, Mitrani 1997, etc.
La envidia, se plantea, no debe ser vista solamente como el resultado de una exclusiòn edìpica en relaciòn al padre, sino puede ser identificada como en respuesta a una exclusiòn narcisista del mundo de la madre (Faimberg, 2006).
Gerhardt Julie: 2009: Las raìces de la envidia.
Aperturas Psicoanalìticas,35.www.aperturas.org
El Dr. Paniagua, Dr. en Medicina, Psiquiatra por la Universidad de Jefferson, Filadelfia, y Psicoanalista por el Instituto Psicoanalìtico de Baltimore-Washington.......
DISEÑO GRAFICO: PATRICIO MORRISON. "la envidia y los celos traen aparejado mucho sufrimiento" (del texto) |