martes, 3 de junio de 2014

APAGANDO Y ENCENDIENDO...


El Dr. James Austin, es un neurólogo norteamericano, que ha trabajado en Neurociencias, investigando los cambios experimentados en el cerebro durante la meditación.
Entre otros, es autor del libro "Zen y Cerebro".
Ha meditado según la práctica del Zen por más de ocho años. La principal característica de este tipo de meditación (ya comentado) es la pérdida de la percepción del sí mismo que es lo central en la identidad humana, durante la mencionada práctica.
Ha narrado su experiencia en una estación de subte en Londres, que podría definirse como "mística" (satori), y que definió como de un "realismo absoluto", y de una "perfección última", entre otros calificativos.
Hemos experimentado en forma personal que tratar de describir alguna de estas experiencias es frustrante en cuanto a encontrar el término apropiado para definirlas. Por lo general, es preferible no intentarlo ya que cuanto más nos esforcemos en describirlas más se desvanecen.
Como dice un Maestro, las palabras "desdibujan" la experiencia....
Según las investigaciones del Dr. Austin, para sentir que el miedo, el tiempo y la autoconciencia se han disuelto, ciertos circuitos cerebrales deben interrumpirse.
La actividad de una estructura llamada "amígdala" (aprox. 2mm), en el cerebro, que monitorea, (entre otras funciones), al ambiente y registra el miedo, debe ser suprimida. Aclaramos que entre otras acciones, la amígdala es la responsable  de la decisión rápida de la huida ante el peligro por ejemplo...
Los circuitos del lóbulo parietal, que nos orientan en el espacio y marcan la diferencia entre lo propio y el mundo deben ser sosegados.
Los circuitos frontales y temporales que marcan el tiempo y generan autoconciencia deben apagarse durante el acto meditativo.
Estudiando el flujo de sangre que se correlaciona con la actividad neuronal por medio del Spect (tomografía computada de emisión de un fotón), fue estudiado el cerebro durante la meditación y en el caso de sobrevenir una "experiencia mística".
Así, se pudo ver que la corteza pre frontal se iluminó, pero fue el cese de la actividad lo que sorprendió.
Ver grupos de neuronas apagarse en el lóbulo parietal superior, fue lo llamativo. Esta región, que tiene el nombre de "área de asociación y orientación" procesa la información acerca del espacio y el tiempo. Es la que nos informa donde empieza y termina nuestro cuerpo y empieza el resto del mundo. El área de orientación izquierda, específicamente, crea la sensación del espacio físico donde existe el cuerpo.
El área de orientación requiere información sensible para realizar sus cálculos. Si se bloquea la información sensible a esta región, como se hace durante la intensa concentración al meditar, se evitará que el cerebro produzca la distinción entre yo y el resto. (Newberg).
Sin la información de la sensación apropiada, el área de orientación izquierda no encontrará la frontera entre el yo y el resto del mundo.
Como resultado, el cerebro parece no tener otra opción y "percibe al yo como interminable e íntimamente conectado con todo" .(Newberg y d'Aquili).
El área de orientación derecha, también privado de información sensible, parece permanecer en una "sensación de espacio infinito".
Los meditadores sienten que "han tocado el infinito"...
Todo lo que experimentamos, deja su marca en el cerebro. Lo difícil es que "no hay manera de determinar si los cambios neurológicos asociados con la experiencia espiritual, significan que el cerebro está causando esta experiencia o si en vez, está percibiendo una realidad espiritual"...

Andrew Newberg: neurocientista de la Univ. T. Jefferson, investigador en Medicina Nuclear de Imágenes.
Centrado en el desarrollo de los trazados de neurotransmisores para la evaluación de la religiosidad y enfermedades neurológicas como Alzheimer, Parkinson etc.
Algunas obras: "Cómo Dios cambia tu cerebro". Las palabras pueden cambiar el cerebro: "la comunicación compasiva se puede utilizar para mejorar la salud cerebral y la comunicación interpersonal".
Sostiene que ciencia y religión deben interconectarse para una mejor comprensión del pensamiento humano en el contexto global.