La Psicoterapeuta Deena Metzger, poeta y novelista, además, es autora de obras donde trata acerca de la sombra, esa parte del yo desconocida o negada por todos nosotros (ver entradas previas).
La mayoría de las veces, nos es difícil entrar en contacto con esa parte nuestra que nos desagrada y a la que tememos. Deberíamos estar dispuestos a entrar y compartir la oscuridad en la que vive y de la que se alimenta ese yo oscuro.
Para ello tendríamos que aceptar esa parte oscura y detestable que nos pertenece, aunque nos parezca ajena o extraña, éste es tal vez, uno de los principales misterios del psiquismo.
La autora, ha diseñado una guía para aproximarnos a nuestra sombra, definiendo, por llamarle así un "territorio" en el que la sombra opera y se mueve: ¿Cuáles son los atributos de aquellos a quienes encontramos más diferentes a nosotros? ¿Recordar una época en que hayamos odiado a estas personas? ¿Cuáles son los prejuicios más incorregibles? ¿Con qué grupo de personas se siente menos afín? ¿Quienes son aquellos que no quiere imaginarse ser, que ofenden, repugnan, aterran, enojan? ¿En qué circunstancias se sentiría más humillado como para no seguir viviendo? ¿Cuál es el miedo más intolerable?.
Al analizar las respuestas, podrá observarse que algunas de las aversiones tienen una base moral o ética, otras veces habrá desprecio y repugnancia. Estas son las que asientan en la sombra.
Con estas cualidades, se podrá armar un personaje al que hasta podremos darle nombre, con una biografía y con el que podremos entablar un diálogo sincero y saberlo todo de esta creación: qué teme, qué desea, qué sueña, recuerde si hay en su propia historia algún momento de afinidad con él, cuándo se separaron etc. Finalmente podremos dejar que este personaje nos hable con su propia voz y nos diga cómo nos ve, para terminar imaginando la muerte de esa sombra (aunque nunca muera mientras estemos vivos), pero nuestra manera de relacionarnos con ella será a partir de ahora desde un conocimiento profundo, de una comprensión de cuán compleja es nuestra naturaleza. No olvidemos que es la única que nos acompañará hasta el final, más nos vale conocerla bien.
Wendell Berry escribió: " Entro en el bosque y me asiento en silencio. En torno a mí las inquietudes se sosiegan como las ondas en la superficie del lago y las preocupaciones se aquietan como el ganado que pace tranquilo. Entonces aparece aquello que me teme y permanece un instante ante mis ojos, para desaparecer un instante después llevándose consigo sus temores. Canta y escucho su canción. Luego surge aquello que temo y perdura un instante ante mis ojos para desaparecer un momento después llevándose consigo mis temores. Canta y escucho su canción".