miércoles, 26 de noviembre de 2014

EL RIO DE FUEGO



Viracocha, o "espuma del mar", (mencionado en múltiples entradas), ha sido representado como un anciano de barba gris, túnica y bastón. El es quien enseña a los hombres, además de crearlos, los secretos del arte de tejer, la agricultura etc. Asimismo, creó el sol, la luna y los cinco planetas que podían observarse a simple vista.
 Siempre ha sido descrito como el guía que luego de terminada su labor siguió su camino, internándose en el mar.
En el santuario inca de la Isla del Sol, los incas tallaron una escalera que se dirige desde el agua hacia una fuente, lugar donde se dice que creó el sol, la luna y las estrellas. Sullivan considera que es un reflejo de la Vía Láctea, reproduciendo el recorrido del agua desde el  acantilado o la montaña hacia el lago.
Ya anciano,Viracocha regresa a su punto de partida, Tiahuanaco, se eleva al NO en dirección al mar.
La leyenda cuenta que los hombres creados por él, al ver su aspecto se burlaron e intentaron matarle arrojándole desde una montaña.  Pero él llegó al lugar llamado "Cacha", lugar de su venganza. Allí se arrodilló y entrelazó las manos. Desde el cielo descendió el fuego que cubrió el lugar. La tierra y las piedras se quemaron de tal modo que las últimas se hicieron livianas y fáciles de cargar, aún las enormes rocas que allí había.
Los hombres aterrorizados, descendieron de la montaña, pidiendo perdón. Viracocha, apiadado, moviendo su bastón, apagó el fuego.
En este lugar, edificaron un templo en su honor (destruido por los españoles), el cual se cree que estaba en el paraje llamado Rajchi a 16 km de Cuzco. Este paraje era lugar de peregrinación de los sacerdotes incas, donde se cree que hacían los rituales del equinoccio de junio, en el templo de Vilcanota: montaña de donde nació el sol.
Por allí corre el Urubamba o Vilcamayo, donde Viracocha invocó el fuego cósmico el día de su venganza.
Al nacer, el río tiene aspecto ceniciento y echa abundante humo, como si brotara del fuego. Los lugareños echaban cenizas al río, procedentes de los sacrificios de animales, como evocando un origen celestial para el río de fuego.