Leyendo el ensayo de Bernard Dubant en "Castaneda El Retorno Al Espíritu", acordamos con el autor las similitudes de los textos de Castaneda con el enfoque del Budismo Zen.
Se hace mención al guerrero, quien ha iniciado el camino, su camino de irse despojando de las máscaras que adoptamos en la vida cotidiana, quien renuncia a su ego y encuentra un "yo" no condicionado.
Guerrero que "pone mucha atención para no tomarse jamás en serio", "porque para él solo una cosa es *seria*, el conocimiento silencioso, que no tiene paralelo en el mundo de la condición humana".
Este hombre, está persuadido que el mundo "es un misterio". Debe tratar de entender este misterio pero no a través de su razón.
Sabrá que él mismo es misterio en el misterio.
"Misterio que significa silencio y poder".
Altera su comunicación con la razón para poder establecer una comunicación con el espíritu.
El "reclutador" de guerreros, el "nagual", lo elige según los signos del espíritu, no se deja guiar por su gusto, o por fines "racionales".
Uno de los principales atributos del guerrero será la paciencia. El guerrero no dejará que nada le desvíe del fin fijado por el espíritu, no conocerá ningún propósito sórdido sobre la gente y las cosas. Con absoluto desinterés.
El gran ejercicio que le espera al guerrero será enfrentar a aquellos que se sienten poderosos, pequeño y mezquino poder ligado a la ambición y que es nada comparado con el poder del universo. Este ejercicio va a permitirle tomar conciencia y permanecer en este estado que es lo único que cuenta en el camino del conocimiento.