Para D.T. Suzuki en su obra "Budismo Zen y Psicoanálisis", sostiene que mientras Occidente ejerce Resistencia, Oriente ejerce Aceptación.
Ver algo con los sentidos, para el Zen no alcanza. En Oriente, el artista "se mete" en la cosa. Es ella. Vive la naturaleza, no la observa separado de ella.
Para Occidente, la técnica es "la clave de la cultura moderna". Todo tiene que ser medido y cuantificado pero los números no alcanzan cuando "tropiezan" con el infinito y hay cosas que no pueden ser medidos de forma alguna. Las ciencias son incapaces de "apresar" la realidad. El inconsciente está afuera del campo científico.
La naturaleza es caótica "en cuanto es una reserva de posibilidades infinitas". La conciencia, a su vez, es como una isla insignificante que flota en el océano. A través de esta pequeña extensión y de su carácter fragmentario, podemos contemplar la inmensidad de nuestro INCONSCIENTE.
La ciencia, no puede asegurarnos que no vivimos en vano.
Podemos ser "artistas de la vida" y si bien TODOS NACEMOS ARTISTAS, la arruinamos preguntando: ¿ Cuál es el sentido de la vida? ¿No estamos frente a la nada absoluta? ¿Adonde vamos después de la vida? Y así por años....
NADIE LO SABE.
A diferencia de los artistas, pintores, escultores etc, el artista de la vida no necesita salirse de si mismo.
El cuerpo físico es la tela, la madera o el mármol.
Las células, las manos, la personalidad es el material y los instrumentos con que la persona moldea su genio creador en la actitud, en la vida misma. Para una persona así, su vida refleja cada una de las imágenes que crea a partir de su fuente INEXTINGUIBLE DEL INCONSCIENTE.
Para esa persona, cada uno de sus actos refleja, expresa originalidad, capacidad creadora, su personalidad viva.
No hay en ella convencionalismos, conformidad, ni motivación inhibitoria. Se mueve como le place, no tiene un "Yo" encasillado en su existencia fragmentaria, limitada, restringida, egocéntrica. Ha salido de su prisión.
Dice un Maestro Zen: "Cuando un hombre es dueño de si mismo, donde se encuentre, comportándose con fidelidad a si mismo, ESTE ES EL VERDADERO ARTISTA DE LA VIDA.