En tantos años que llevamos ahondando en el
pensamiento budista, hemos hallado diversos textos de autores algunos de los cuales tienen para
nosotros, todavía el aura del misterio y la escasa comprensión. No desesperamos
y tal vez, día llegue que “captemos” esta su esencia, ancha y angosta a la vez.
Hemos tropezado con el concepto de TONG-LENG, esto es
el “Adiestramiento Secreto”. En principio son ocho los pasos, comenzando con los dos primeros. Por aquello de "dividir el pastel en porciones manejables".
Son técnicas que requieren la proverbial atención de
cada instante, de cada día, sea cual sea la manera que se presente. Pensamos
que es posible, luego de práctica ardua y sincera, se haga parte de nuestro ser
y de nuestra manera de manifestarnos ante el mundo en el que hemos elegido
permanecer.
El primer punto comprende el AFECTO. Es la base de
todo y desde el nacimiento está presente. Dependemos de otros seres para todo:
desde la comida hasta la fama y el éxito. Por eso deberíamos contemplar con
afecto a los semejantes. Cuando se piensa sólo en uno, la mirada se estrecha,
los miedos se acrecientan y eso ocasiona sufrimiento. Al pensar en otros con
afecto, LA MENTE SE EXPANDE. Es una forma de ir más allá de los propios
problemas y cuidar de los demás. NUESTRA FORMA DE PENSAR PUEDE CAMBIAR NUESTRA
EXPERIENCIA. Parte de nuestra alegría y felicidad se basa en la capacidad de
considerar el bienestar ajeno, de paso, se verán realizadas las propias
aspiraciones. El desarrollo de la empatía con todo ser capaz de sentir dolor y
experimentar felicidad, vendrá como una consecuencia de todo esto.
LA COMPASION (segundo) es el deseo de ver liberado al otro de su
sufrimiento. Sin pena por él. Entendiendo el sufrimiento. El amor afectuoso es
el que desea la felicidad para los demás.
Cuando estos sentimientos van dirigidos a seres muy
próximos, se origina un tipo de amor vinculado con EL APEGO, va ligado a
sentimientos co-existentes como el enojo y el odio. El más pequeño incidente va
seguido de su opuesto emocional, de modo que en vez de desear que la otra
persona sea feliz, uno le puede llegar a desear la desgracia.
La compasión y el amor verdaderos en el contexto de
adiestrar la mente, está basado en el simple reconocimiento que otros, al igual
que uno mismo, aspiran de modo natural, a la felicidad y a eliminar el
sufrimiento y tienen el derecho natural de satisfacer esta aspiración básica.
La empatía que se desarrolla hacia una persona basándose en el reconocimiento
de este hecho básico es la COMPASION UNIVERSAL. Acá no hay prejuicio, no hay
discriminación.
La COMPASION puede ser extendida a todos los seres
sintientes y ADIESTRAR LA MENTE, significa cultivar pensamientos de
imparcialidad y ecuanimidad, esto es que los sentimientos no empañen las
decisiones.
Reflexionando sobre la naturaleza fluctuante de las
relaciones con los demás en el potencial que tenemos los seres sintientes para
ser amigos y enemigos, desarrollaremos pensamientos de imparcialidad y
ecuanimidad.
La práctica de cultivar la ecuanimidad, implica
DESAPEGO. Este desapego quita la espina de las emociones discriminatorias
basadas en la lejanía o proximidad con los demás. De allí será propicio el
cultivo de la COMPASION.