Para Ramiro calle, es aquella que en cierto modo permanece organizada, coherente y regida por procesos intelectivos, emocionales y volitivos.
Comprende la inteligencia, el raciocinio, la creatividad, la atención mental, la cognición, la imaginación.
Esta mente, sin embargo, conserva también reacciones mecánicas y a veces se descontrola, pero estos procesos son Percibidos, y aún Provocados por el individuo.
Este plano de la mente, nos permite tomar conciencia del exterior y de nosotros mismos, captar parte de las impresiones y estímulos sensoriales, aunque buena parte de ellos pasa al subconsciente (entrada previa) y éstos no son percibidos.
Pero, a medida que la conciencia se va haciendo más penetrante, el número de estímulos que pasan al SC. es menor, menor la parte que "burla" a la conciencia.
La conciencia del hombre "ordinario", tiene muchas limitaciones y condicionamientos. Hay agitación, mucho griterío y efervescencia con pobre funcionamiento de sus facultades, a causa de una falla de volición.
La atención mental es débil e intermitente, el discernimiento aparece confuso, la imaginación se descontrola con frecuencia, la inteligencia es superficial. La mente del hombre ordinario, se basa en la lógica y en el raciocinio.
Funciona a base de asociaciones, analogías y diferentes inducciones/deducciones, conceptos y dualidades.
Es una mente dividida, superficial y víctima de la rutina y todo lo OXIDADO, permanece acumulado en ella. Mente sin frescura ni vitalidad que no aprendió a renovarse más allá de las apariencias, atrapada en los pares de opuestos.
El yogui y quien practique técnicas alternativas, tiene que trabajar mucho sobre su mente consciente. Aprendiendo a pensar y dejar de pensar, a sentir y dejar de sentir, desidentificándose, a mantener viva y continuada su atención mental, controlada y revitalizada su imaginación, sutilmente adiestrado el discernimiento. Debe aprender a no dejarse Asaltar y Pensar por sus pensamientos, a no ser víctima de sus fluctuaciones psicomentales. A utilizar con sabiduría su intelecto y pasar de la comprensión intelectual a la intuitiva. El yogui, filtra de contínuo el material que ingresa a su mente, cribando influencias y estímulos. Así la mente puede experimentar un plano de independencia.
Una mente fuerte es como una casa bien techada, así custodia el mundo interior de la persona, la pone a buen recaudo con respecto a las impresiones negativas provenientes del mundo circundante.
Para este fortalecimiento se usan técnicas de concentración, interiorización y meditación, asimismo con esto se neutraliza la influencia del SC.
La concentración permite que las impresiones del SC, afloren hacia la mente consciente.
Las impresiones del SC son activadas cuando la atención se disipa y se atiende a lo que los sentidos nos muestran. Para liberarse de ellas, hay que alejarse de los sentidos, neutralizar su influencia, permaneciendo tan serenos como sea posible, ignorando las percepciones sensoriales, sustrayendo a los sentidos de los fenómenos.
Es muy importante controlar el Deseo, porque un deseo origina nuevos deseos.
La mente deberá "entender" que lo importante es la esencia de las cosas más que los fenómenos externos.
La práctica diaria de cualquier técnica que se haya elegido consigue neutralizar las influencias nocivas del subconsciente. Forma parte del proceso de pensar y no ser pensado.