sábado, 18 de abril de 2015

MANDALAS ( SEGUNDA PARTE)





En el recinto sagrado que conforman los círculos mágicos, están contenidas la vida y la conciencia (ya descrito). La luz blanca central del círculo, referida como Bardo todol, en el Libro Tibetano de los muertos, se refleja también en el punto central entre ambos ojos. Todo está relacionado en este aspecto, allí reside el punto creativo. Se menciona también que la esencia tiene carácter Yang y la vida Ying. Es redondo el simbolismo platónico del hombre perfecto, aquel en el que los sexos están unificados. Entre los místicos, la vivencia de la Luz, es el punto final de toda introspección,  y experimentar ésto parece transmitir "un sentido de lo alto". Hildegard von Bingen describe su visión de la luz como una "gozosa contemplación, donde desaparece toda tristeza y dolor". Para Jung, esta visión luminosa, conformaría un estado de conciencia intensivo y "desligado", con desaparición de sensaciones corporales generales. A éstas les es sustraída su energía específica para ser utilizada reforzando la lucidez de la conciencia.
Es un fenómeno espontáneo que acompaña a soluciones de "complicaciones anímicas". La personalidad se "desliga" de sus ENREDOS EMOCIONALES E IDEOLOGICOS. La unidad del ser, así lograda ( continúa el comentario de La Flor de Oro), se experimenta como una LIBERACION. Todo lo anterior no puede ser logrado si opera la voluntad consciente.
Para Jung, los símbolos surgidos de este modo de "Iluminación", no solo son efectivos, sino que contienen analogismos primitivos que hablan de lo inconsciente. No habría otra forma de alcanzar contenidos inconscientes si no es a través de los símbolos. Estos, no solo expresan al inconsciente (son su voz) sino a lo que él llama "presentimiento" albergado ya en la conciencia.
Uno de los círculos mágicos más antiguos, es LA RUEDA SOLAR, paleolítica (mandala) hallado en Rhodesia, también es posible en ella ver el número cuatro. Ella, se conecta con lo más profundo del inconsciente y al tocarlo, permite asirlo, justo en el lugar donde el lenguaje se demuestra impotente. 
Lo expresado a través de los mandalas, sugieren que hay muchas cosas que no han sido fruto del pensamiento, sino que, como la Flor de Oro, crecen hacia arriba de la oscura profundidad del olvido, para "expresar presentimientos supremos" de la conciencia y "la intuición más alta del espíritu". Así se funden en UNO. "La unicidad de la conciencia actual con el primitivo pasado de la vida". Carl Gustav Jung en El Secreto de la Flor de Oro (comentario).

Pensamos que falta mucho para experimentar con los mandalas, más aún como occidentales que somos. Sentimos la necesidad de contar con un guía, ya que "presentimos" que en el laberinto mágico podemos extraviarnos. Se nos ocurre una semejanza con un "viaje" sin Chamán. Pobres de nosotros. A la mayoría, nos falta, creemos, la raíz mística necesaria para que nuestro árbol mágico no sea arrancado y arrojado al territorio de lo irracional sin retorno. Hilosdepiedra.