lunes, 30 de marzo de 2015

GRUÑIDOS


Según una tradición budista, a la hora de la comida, se depositan en el extremo de un raspador unos granos de arroz, como ofrendas a los espíritus del mal. Cuando se retira la mesa, los ofrecen a una planta o un animal, restituyéndolos así, al ciclo vital.
Es una manera inconsciente de reconocimiento de la sombra que habita dentro de cada uno. Una manera de alimentar a los espíritus del mal sin saciarlos.
Mas tarde, cuando nos topemos con los espíritus del mal, podremos decirles: "Ya les dí de comer. No tengo porqué seguir alimentándolos".
En la tradición budista, se cree que existe un Reino de los espíritus que tienen un hambre feroz y una garganta del espesor de una alfiler. Por eso nunca están satisfechos y como la sombra también están siempre hambrientos. Si los alimentamos poco a poco, de manera regular, la sombra dejará de adoptar una actitud agresiva. Es imposible eliminar su reino, lo que podemos hacer es cuidar de ellos. Así disminuirá el alboroto de los gruñidos.