martes, 24 de marzo de 2015

CADA CUAL EN SU LABERINTO




 El original, Alma en Pena", de F. Hodler. El libro utilizado: "Soy el Mal" de R. Constantini.

Hemos conseguido, gracias a una edición de La Liebre de Marzo, un ejemplar de un libro "La Vía del No Apego", de Dhiravamsa, Maestro de Vipassana, observación de la respiración, especialmente durante los primeros minutos de la meditación. Confesamos que muchos de lo expuesto "revuelve" lo que teníamos por captado acerca de estas cuestiones que venimos abordando hace bastantes años. Nos recuerda a Krishnamurti, y como occidentales que somos, nos vemos apegados a conceptos, ideas de técnicas, herramientas al fin, pero que todavía llevamos aferradas como si fueran nuestra finalidad última. Error de errores.
Soltando todo, Dhiravamda, nos sitúa en el tema que venimos enfocando estas últimas entregas: La conciencia. La abordamos desde la Psicología, las Neurociencias, la filosofía, a través de diferentes autores. Jamás se rinde, la conciencia. Siempre nos ofrece un nuevo pliegue donde nos perdemos. Seguimos y en nuestra condición de "buscadores crónicos", nos malogramos en esto de ver hacia adentro. Por lo menos somos conscientes de los que nos pasa. 
Es una forma de apego, el buscar. ¿Seríamos capaces de dejar de hacerlo?. Sinceramente, no, por ahora. ¿Por estar insatisfechos, es que buscamos?. ¿Intuimos que nunca va a llenarse el invisible vaso?.Si. Somos conscientes que nos mueve un deseo, horror de horrores. El deseo de encontrar, fuego que consume. ¿Será ese el mejor camino para nosotros, que nos acerque a la tan mentada "Paz interior"?. Tal vez, sea la mejor forma que hallemos en este plano. Aceptar que esta es nuestra forma de seguir el camino. Que jamás poseeremos, la plácida aceptación del que sabe, del iluminado, que nada busca porque nada hay afuera para ser hallado. 
El entusiasmo que sentimos por tener en nuestras manos el libro ese que estaba agotado y que con esfuerzo hemos conseguido es el "compendio del horror", el mejor ejemplo que hemos cedido una vez más al impulso y al deseo. Nuestra lista de apegos es larguísima. Incluyen los voluminosos cuadernos de tapa dura donde pacientemente hemos resumido frases, textos y libros enteros. Por años, ya ni número tienen en sus lomos. muchos se han roto por el uso y el abuso de la búsqueda frenética. Sin índice, ¿cómo ubicar cierto tema o autor?. Laberintos escritos con llamadas frecuentes que nunca volveremos a encontrar.