jueves, 25 de diciembre de 2014

SEÑORES DE SU TIERRA





Los dirigentes del pueblo de Otomíes en México, incluido el Consejero de Ancianos, Tiburcio Evaristo Espejel, reafirmaron que las comunidades deseaban lograr apoyo oficial para la creación de un espacio para realizar sus ceremonias ancestrales, preservar sus valores culturales y favorecer la cohesión grupal, en este caso del pueblo Otomí. Así nació el Centro Ceremonial Otomí. Uno más de similares espacios de pueblos originarios para el tratamiento de su problemática y la conservación de su acervo cultural.
¿Qué pasaría si los pueblos originarios de este territorio, tuvieran las mismas aspiraciones?.
El tratar los problemas comunes a otras culturas, como el desarraigo, el desempleo, la migración "forzosa" a los centros urbanos, los problemas sanitarios, el tema del agua, el papel de la escuela, los contenidos de programas escolares, la preservación de la identidad sin excluirse del contexto cultural, etc, son temas comunes a todas las comunidades de pueblos originarios en el continente americano.
En el caso Otomí la obra de su Centro Ceremonial, fue "el símbolo del poder y la aspiración de liberación que encierra el profundo significado en el que se encubre el alma Otomí, idéntica al alma de todos los hombres de América, encaja en la Tierra como raíz, y trabajar aquí para ser independientes y dignos, para ser ellos mismos"....
E el Centro Ceremonial Otomí, se instalaron 52 pebeteros en forma de serpientes entrelazadas, simbolizando los 52 años del calendario Mesoamericano y 365 escalones. En su extremo oriental se colocó una Fuente Lustral que representa el agua, elemento vital y en la parte superior una piedra, símbolo de Tata Hyadi, la piedra solar. Doce conos, número de generaciones otomíes transcurridas. En el frente, el Gran Mural de Dá Mixi, representa la cosmovisión y símbolos sagrados del pueblo. Del mismo lado, el Gran Thaay (Señor y Mensajero del Tiempo y el Espacio), que representa al Otomí que se levanta de la opresión y va a buscar su liberación final.
Integran el Centro Ceremonial, una Escuela de Agronomía donde se preparan los campesinos en agricultura y ganadería de alta montaña, un museo para sus joyas arqueológicas, una Escuela de Artesanías etc.

Todos estos emprendimientos son posibles gracias al sueño de un pueblo que no ha renunciado a su esencia.
Pensamos que, nuestros pueblos originarios, también tienen que liberarse. Liberación en el sentido de poder elegir, de disponer de medios, de poseer conocimientos tecnológicos e insumos que les permita superar y superarse, equipararse a cualquier comunidad independiente del planeta, con sus costumbres y a pesar de ello completamente integrados en la civilización que les rodea. Es el día de hoy, que no han alcanzado a poseer los derechos que les haga, nuevamente Señores de su Tierra. Hilosdepiedra.