viernes, 12 de diciembre de 2014

LA MUJER MONTAÑA

Monja Budista Ani Choying Drolma ( nos ha prestado su imagen para ilustrar la historia de Mo Shan).
La montaña es de la Puna Argentina.
En un cuento Zen se narra lo siguiente: Muchas mujeres han sobresalido en la práctica del Zen. Algunas han alcanzado la maestría y algunas de éstas han tenido éxito donde eminentes maestros masculinos han fracasado.
La Maestra Mo Shan, tomó su nombre de la montaña en que estaba situado su monasterio. Se hizo bastante famosa por la profundidad de la comprensión del Zen y su habilidad para conducir estudiantes a la iluminación.
El monje Quan Xi, que más tarde se convertiría en Maestro Zen Quan Xi, había oído hablar del éxito de sus métodos. Después de pasar unos pocos años con el Maestro Llin-Ji, con quien si bien había aprendido mucho no había alcanzado la iluminación, decidió visitar a Mo Shan, para ver si sus métodos podían ayudarle.
Supongo, escribió Hsu Yun (Nube Vacía), Orden Hsu Yun del Budismo Zen (Chan), "que el monje Quan Xi había caído víctima de la clase de orgullo que infecta a muchos estudiantes de grandes maestros. Piensan que es mejor ser un discípulo no iluminado de un maestro famoso que ser un discípulo iluminado de uno no conocido. Suponen que un estudiante masculino no iluminado es superior a una maestra iluminada. Pueden llamar a eso Machismo Zen".
Así que el estudiante se presentó en el monasterio de Mo Shan con un sentimiento de hostilidad. Era altivo y arrogante y estaba muy convencido de ser un practicante Zen masculino superior. Al entrar en la sala donde Mo Shan estaba sentada, no se postró, como era costumbre, por ser mujer.
Mo Shan, al verle, preguntó a un ayudante: ¿Qué es, un excursionista o un estudiante suplicante?.
Quan Xi habló alto: "No soy turista. Soy un seguidor del Dharma de Buda".
¡Ah!-dijo Mo Shan, intentando parecer sorprendida: ¡Sigues el Dharma!, ¿Cómo has llegado hasta aquí?".
"He entrado caminando desde el camino principal".
"¿Piensas que has dejado el Dharma en el camino, que no puede ser seguido o encontrado aquí?. Quan Xi no sabía qué decir. Hizo una especie de reverencia arrodillada, más para esconder su confusión que para mostrar respeto.
Mo Shan apenas estaba satisfecha con esta concesión de arrogancia. "El Dharma no tiene límites que puedas trazar para acomodar tu presunción y tus conceptos, dijo. Así como el Dharma está en todas partes, también están las normas, la Ley, el Dharma del Buda. Ajustarás tu comportamiento y procederás de acuerdo a las normas establecidas. Cumplirás esta condición.
Quan Xi se postró ante Mo Shan de mala gana. Pero cuando se puso de pie, no pudo resistirse a preguntar, "¿Cuál es la condición de la mente directiva de Mo Shan?". Estaba solamente practicando con ella verbalmente. Lo que quería saber era si estaba o no iluminada.
Mo Shan sonrió ante su impertinencia. "¿Cuál de los discípulos de Buda pudo ver su "usnisa", la santa protuberancia en lo alto de su cabeza?" Quería decir, por supuesto, que hace falta tenerla para reconocerla; y si Quan Xi no podía ver si ella estaba iluminada era porque él mismo no lo estaba.
"¿Dónde puedo encontrar al hombre que está a cargo de Mo Shan?2 replicó con desdén, utilizando Mo Shan con el doble significado de "mujer" y "montaña del monasterio".
"El Uno que está a cargo de Mo Shanni es hombre ni es mujer", replicó dándole un poco más de cuerda.
"La persona que esté a cargo debe ser suficientemente poderosa para completar la transformación." Dijo desafiándola, y de nuevo su machismo escogió lo mejor de su cerebro.
Mo Shan miró deliberadamente a Quan Xi. Lenta y amablamente dijo: "El Uno que está a cargo de Mo Shan no es un fantasma, ni un demonio, ni una persona. ¿En qué debería ese Uno transformarse?".
¡Quan Xi captó el mensaje de repente! Se quedó allí durante un momento golpeado por el terror de su atrevida ignorancia. Entonces dejó caer sus rodillas y se postró de verdad ante Mo Shan. Esta vez había comprendido.
Se quedó en el monasterio de Mo Shan durante tres años trabajando como jardinero. Bajo la guía de la Maestra Mo Shan, alcanzó la iluminación.
Años después, cuando se convirtió en maestro y tuvo sus propios discípulos, solía decirles: "La iluminación requiere que la gran vasija esté llena". De mi padre espiritual, Lin Ji, recibí la mitad de la vasija; y después que ella me la dio, nunca más he tenido sed".