jueves, 11 de diciembre de 2014

LA MENTE LINTERNA




Se nos ocurrió tratar diferentes temas bajo la mirada del Patriarca Hui Neng. Fragmentos del Sutra de Hui Neng. Para la escuela Dhyana, sentarse a meditar es ganar la libertad absoluta y ser mentalmente imperturbable a todas las circunstancias externas ya sean buenas o de otra forma. Lograr, meditando la imperturbabilidad de la Esencia de la Mente.
                                            El punto más importante en la enseñanza de la Escuela Dhyana es la "introspección" o "Introversión". Significa que nuestra propia mente "se enciende" como una linterna para reflejar lo interno. Cuando nos absorbemos en la crítica ajena, estando pendientes de ella, nuestros pensamientos se dirigirán continuamente hacia afuera y difícilmente nuestros pensamientos se dirijan hacia nosotros mismos. La linterna permanecerá apagada. Conocer algo de nosotros mismos será por demás una empresa ardua, cuando no imposible, cuanto más acostumbrados estemos a prestar nuestra atención a lo externo,  menos oportunidades tendremos de captar "la naturaleza real" de nuestra mente, que en China se conoce como "el rostro original de uno mismo".
La intuición, sabiduría o Prajna, es inherente a nuestra propia naturaleza. Pero hay que ponerla en práctica. Sino es como "hablar de comida", ésto no calmará el hambre, hay que comer.
Abstenernos de juzgar a otro como bueno o malo, es una forma de que nuestra mente sea vacía, ya que contendrá a ambos conceptos sin apegarse a ninguno. Esto es vacío, lo que no significa "aniquilación". Ser como el espacio que todo lo contiene, todo lo incluye, eso es la llamada "Esencia de la mente".
Estando atentos al contenido de nuestra mente momento a momento, evitaremos caer en la polaridad. Intentaremos tener la linterna encendida todo el tiempo que podamos. La luz interior que revelará nuestra esencia va a ser la resultante de "estar atento a lo nuestro". Siempre la práctica, sin prédica hueca.
Prajna es estar libre de la seducción de un pensamiento inútil, éste es el que más deseo provoca en nosotros.
Lo detectaremos cuando estemos atentos a la pregunta:¿realmente necesito ésto o aquello?. Sin embargo deberemos transitar un angosto sendero el de la mente libre del apego y libre también de la indiferencia, justo el sendero de medio.
"Cuando ni el odio ni el amor perturban nuestra mente, dormimos serenamente".
Dhyana significa estar libre de los apegos a los objetos externos. Si estamos apegados a los objetos externos, nuestra mente interior está perturbada, nos dejamos llevar por las circunstancias en que nos encontramos. Lo opuesto es que la mente sea imperturbable, independiente de las circunstancias. Lograr la paz interna es el Samadhi.
La mente es engañosa por naturaleza. Cuando comprendemos que sólo es un fantasma, no hay necesidad de pensar en ella. 
Si nos obsesionamos pensando en una virtud, por ejemplo, sólo estaremos creando otro engaño o ilusión, la ilusión de esa virtud. La virtud no tiene figura ni forma, no tiene donde permanecer, es ilusorio pensar en ella. No tentarnos con el ejercicio de darle una forma a la virtud, tratándola como un problema a solucionar. No obsesionarse y la Esencia de la Mente dejará de estar en la oscuridad.