De: "Cuentos Zen para la Vida Diaria y los Negocios", de Mariano Merino:
"Maestro,¿por qué en el zen se utiliza la simbología de las piedras? ¿Acaso las flores o las nubes o los mismos animales no son más bellos? Hijo, el zen busca la esencia de las cosas y de la realidad, no la belleza, y la esencia es única, eterna, permanente. ¿Hay alguna flor, nube o animal que cumplan esas exigencias? Todo lo que nombras simboliza el cambio; la piedra lo eterno".
"Maestro, la empresa en la que trabajo tiene problemas y he pensado ayudarla renunciando a parte del reajuste que por ley me corresponde. ¿Está bien actuar así? Hijo, nunca está bien actuar en contra de los propios intereses; eso es menospreciarse. Si la empresa está en problemas, debe ver de qué manera sale de ellos pero no a costa de sus trabajadores. El amor es una cosa y el negocio es otra".
"Maestro, creo que he adquirido un buen hábito: todos los días me pregunto cuánto he ganado en el día y cómo lo he generado. Eso me permite llevar un control sobre lo que hago y cómo lo hago. Hijo, te sugiero uno mejor: pregúntate qué de nuevo has aprendido en el día y cómo lo puedes aprovechar. Eso sí que te hará ser cada vez mejor".