jueves, 7 de agosto de 2014

EL CUENTO DEL DEMONIO PROPIO


Una vez elegido el camino por el que ha de subirse a la montaña, no cambiar e ir a los saltos de senda en senda, por que lo que es probable, es que terminemos recorriendo la montaña pero en redondo, sin subirla jamás.
Así se transmiten las enseñanzas del Maestro Hsu Yun : Nube Vacía.
"Permanezcan en el método que han escogido. Tengan una fe absoluta en él".
En el Zen, hay cuentos acerca de demonios comprados, que vale la pena reiterar, a propósito de la perseverancia y la disciplina con que ha de practicarse el método que se haya elegido, ya sea el yoga, la meditación, los mantras o la técnica seleccionada para ésto, etc.
Un día un hombre estaba paseando por el mercado y se acercó a un puesto que decía: "SE VENDE: DEMONIOS DE PRIMERA CLASE". Por supuesto, nuestro hombre intrigado, pidió ver a la criatura. ¿Quién no estaría intrigado?.
El demonio era pequeño, parecido a un mono. El comerciante le dijo: Todo lo que tiene que hacer es decirle cada mañana lo que desea que haga, sin faltar nunca. Ese día lo hará. Cualquier cosa que le diga. Todos los quehaceres domésticos estarán hechos cuando Ud. regrese al atardecer, después del trabajo.
El hombre que se encontraba soltero, no lo pensó un instante. El demonio le pareció una muy buena inversión.
Así que se lo quedó.
Lo que no debe Ud. olvidar, le dijo el comerciante, es de darle las instrucciones, CADA DIA. ¡Recuerde mantener la rutina!
Así que se llevó el demonio a su casa. Cada día le decía que fregara los platos, lavara su ropa, limpiara su casa y preparara la cena.
Cuando regresaba, el hombre se encontraba todo hecho y de manera maravillosa.
Cuando cumplió años, el hombre fue sorprendido por sus compañeros de trabajo que decidieron darle una fiesta. Bebió mucho, así que se quedó a dormir en la casa de uno de ellos. Al día siguiente fue derecho al trabajo, sin pasar por su casa y darle las instrucciones del día al diablo.
Cuando regresó aquella noche, descubrió que el diablo había quemado la casa y estaba bailando sobre las ruinas humeantes.
Así, cuando comenzamos a entrenarnos en algo, nos juramos mantenernos fieles, para luego, más tarde o más temprano dejarlo.
Al descuidarlo, es como si nunca lo hubiésemos hecho.
"Si el método escogido, no funciona hoy, prueben mañana. Díganse a Uds. que están tan decididos que si necesitan continuar su práctica durante la próxima vida, lo harán".
"Sé que es fácil desalentarnos cuando pensamos que no estamos haciendo progresos. lo intentamos una y otra vez pero cuando no viene la iluminación queremos abandonar la lucha. La perseverancia es en sí misma un logro".
"Sean constantes y pacientes. No están solos en su lucha. De acuerdo a un viejo proverbio: Nos entrenamos durante aburridos eones, para alcanzar la iluminación que ocurre en un instante".