Una imagen compartida por alguien de Facebook, indica que necesario sería en verano, sobre todo, dejar un cuenco con agua en algún lugar sombreado para cualquier animal sediento que pueda aliviar su sed.
Estábamos meditando, cuando de repente, surgió la imagen del cuenco con agua y algo que nos sucedió ayer.
Fuimos atendidos por una persona a la que vemos ocasionalmente y nos comentó que ha empezado a hacer yoga, lo bien que se siente con ello, la necesidad que sentimos todos de parar durante el día y solo estar allí, etc. Esto, nos dio el pie para mencionar que meditamos hace ahora ocho años, una cosa llevó a la otra, ya que normalmente no es un tema que salga a relucir en nuestras conversaciones cotidianas. Nos preguntó algunas cosas, solo hablamos lo necesario sobre el tema ya que, creemos un exceso de información que supere lo que el otro necesita saber, es rebalsar el cuenco y es agua que se desperdicia.
Al terminar nuestro trámite, nos agradeció lo poco que habíamos elegido decir. Sólo lo necesario para que, como acordamos con él, sigamos buscando.
Esta meditación que acabamos de practicar recién, nos reveló que tal vez, solo tal vez, hayamos sido un cuenco con agua.
Por lo menos, eso es lo que sentimos.