Según Mercedes de la Garza en su obra "Naguales de Ayer y de Hoy", el jaguar fue el animal más relacionado con el lado oscuro de la vida, el misterio, lo irracional, lo inconsciente, el mal, la destrucción y la muerte para la cultura Maya.
Poseyó energías tan sagradas como su opuesto vital y luminoso.
"El jaguar fue el Sol al penetrar en el inframundo".
"Su piel fue el cielo y las manchas las estrellas. Habitó el tiempo primordial anterior al orden actual, en la edad pre-cósmica, caótica y oscura".
"Simbolizó los poderes ocultos incomprensibles al hombre común".
"Los que en él se transformaban, trascendían el ámbito humano. Aparecía vinculado a los gobernantes y sacerdotes, los cuales incluían partes de su cuerpo formando parte de sus atavíos como garras, cabeza, piel etc.".
En Bonampack puede vérselos aún en sus muros.
Según el Popol Vuh, tres de los cuatro hombres primigenios, se transformaron en jaguar, robando por las noches a aquellos que iban a ser sacrificados al dios Tohil.
Tres Nahuales llevaban incluso el nombre jaguar: Balam Quitzé, (jaguar bosque); Balam Ak'Ab, (jaguar noche); Iqui Balam, (jaguar negro). El cuarto se llamó Majucutaj, (viajero).