Buscando en una obra del investigador argentino Ibarra Grasso (Dick Edgar), "Argentina Indígena", hallamos referencias a los custionamientos que surgieron en el ambiente académico acerca de la dominación incaica de la región Noroeste del país.
Afirma el autor que los hechos hablan por sí mismos ya que están sustentados en diversos hallazgos arqueológicos.
Cita que Garcilaso, a su vez, menciona una famosa "embajada" que recibió el Inca Huiracocha, con la sumisión "voluntaria" de los pobladores del Reino de Tucma.
La mayoría de los cronistas de la conquista hispana, mencionan al conquistador incaico del noroeste argentino que fue el Inca Tupac Yupanqui, más de cien años después de la embajada citada.
En cuanto a la ubicación del Reino de Tucma, Serrano lo lleva más al sur. Concretamente a Tucumán de San Juan. Allí los españoles hallaron en el idioma una marcada influencia quechua.
En lo que a él respecta, Ibarra Grasso, traslada el reino de Tucma hacia el norte a la región de Mizque, al este de Cochabamba, donde hay en la actualidad un caserío llamado Tucma.
Se especula que como Huiracocha se hallaba en la frontera de esta región, de modo que ante la inminencia de una invasión, los pobladores se apresuraron con el envío de la mencionada embajada. El Tucumán argentino, para ese entonces era una región ajena a tales eventos.
Las ofrendas que llevaba la embajada, menciona Garcilaso, portaba miel y algodón. La palabra Mizque, significa miel en quechua, de modo que podría concordar.
Asimismo, la zona del noroeste que muestra restos de edificaciones incaicas abarca Tucumán, La Rioja, San Juan y Catamarca.
El dominio incaico inaugurado bajo Tupac Yupanqui se extendió no más de sesenta años, considerado incompleto este período como para observarse una "aculturación" completa del territorio.
Sin embargo, hay sitios como La Paya, a 12 Km de Cachi, Provincia de Salta, estudiado por Ambrosetti, donde los restos incaicos de edificios así como la cerámica hallada son abundantes. El autor, no encuentra sin embargo en esta cerámica restos o vestigios de diseños diaguitas, sino su aspecto es el del tipo aymara, conquistado por Huiracocha. De modo que se podría interpretar que fue traída hacia estas regiones, ya que la mayoría de los integrantes de las tropas incaicas provenían de la región colla (aymara).
Inversamente, en la región de Cochabamba fueron hallados restos de cerámica perteneciente a urnitas funerarias de típico aspecto diaguita.
No dudamos que la tarea del arqueólogo se ve dificultada con eso que ha llevado a los seres humanos a trasladarse de un lugar a otro. A la fragilidad de la cerámica y al paso del tiempo, hay que agregarle la movilidad de los diferentes grupos humanos, ya sea por motivo de conquista, cambios climáticos adversos, hambrunas, sequías etc. Se observa, pues, un escenario dinámico para cada período en estudio, que echa por tierra la descripción "estática" que de estas culturas se nos ha transmitido. Hilosdepiedra.