En estos momentos, tanto la Ciencia (como las filosofías orientales las que vienen proclamándolo hace miles de años), está enfocando su atención en forma creciente en la consideración de la Unicidad. Desde múltiples vertientes teóricas, matemáticas y físicas, pareciera que arriban a la conclusión de una "Unicidad Generadora" que a su vez se sostiene renovándose, y que, en apariencia la apreciamos como "manifestaciones" diversas de una única propiedad.
El término "Namarupa" es utilizado para definir la unidad cuerpo mente. El error parece haber surgido cuando se consideraron como entidades separadas y es así que, como sostiene Tich Nhat Hanh, la onda y la partícula (podrían ser los homólogos del cuerpo alma) son manifestaciones que constituyen la naturaleza de las partículas elementales. No podrían intercambiarse entre sí, no está en su naturaleza, lo que sí pueden es manifestarse como tal ya que son la misma cosa.
Según el autor, los científicos han llamado "ondícula" combinando ambas palabras.
Si observamos en el fondo, veremos que ambas manifestaciones son posibles y que el cuerpo puede ser la mente y la mente puede ser el cuerpo.
Nos damos cuenta cuando nos percatamos que lo que le sucede a uno, le sucede al otro.
Trascendiendo la dualidad así planteada por nuestro condicionamiento, "aprendiendo" a no percibir como entidades separadas la mente y el cuerpo, estaremos en la correcta alineación y equilibrio cuando captemos que un cuerpo enfermo procede de una mente enferma y viceversa.