Al quitar de la soga una chalina, que se estaba secando, vimos como uno de los hilos delgados de su trama se había enganchado, provocando un frunce en todo el sector de la tela.
Muy despacio, fuimos tirando de la tela hasta que el hilo acompañó el movimiento, estirándose hasta desaparecer el frunce.
En ese momento, supimos que allí "había algo" pero no supimos ver nada y el instante pasó.
Al día siguiente íbamos caminando, atentos a los vaivenes mentales y surgió lo siguiente: Somos como un pequeño nudo en una trama inmensa que es el Universo. Si somos conscientes de ser un nudo, integrado en algo mucho mayor, de lo que formamos parte, notaremos que cada día habremos de sufrir "frunces", cuando quedamos "enganchados" con ciertas cosas.
La armonía de la trama se interrumpe.
Estar coordinados con el Universo, sería ser un nudo que sabe cuándo debe emerger, cuándo desaparecer engullido por la trama, cuándo resistir y cuándo aflojar para que la trama permanezca.
Asimismo, el saber que somos como un nudo, que formamos parte junto con casi infinitos otros nudo, de una inmensa trama, hace que perdamos de vista al "si mismo", al Yo, al protagonista de una historia, que mal que le pese al ego, es la misma para los nudos a los que sin verlos, estamos interconectados y en sincronía.
Hilosdepiedra.