Se considera que el Zen enseña a sentarse, caminar, acostarse y estar de pie, en la forma original. Habitualmente, las posturas que adoptamos, pueden considerarse "rotas".
A las posiciones de pie y caminando se las llama kin-hin.
Cuando se practica caminar de esta forma, deberá posicionarse erguido, mirada fija a tres metros en la cintura de la persona que nos precede si la practicamos en fila. En el puño izquierdo guardaremos el pulgar de esa mano, envuelta por la mano derecha. Ambas manos bien ceñidas sobre el plexo solar y con los codos separados y antebrazos horizontales, se apoyan con fuerza en el esternón durante la espiración. Aquí ya nos empieza a surgir la imagen borrosa de algún ave.
Los hombros estarán relajados y hacia atrás.
Cuando comenzamos la espiración, avanzamos la pierna recta y medio paso, al decir de Deshimaru, descansando en forma enérgica la planta del pie en el suelo, en el arranque del dedo gordo ya que existe una "profunda" correspondencia entre esta extremidad del pie y el cerebro. Sintiendo el contacto con la tierra. Como si quisiéramos dejar su huella en la arena.
Rodilla bien estirada, la pierna en tensión así como el lado derecho de la cabeza a los pies, si es que comenzamos por este lado. La otra mitad (izquierda) queda ligera y tranquila. La espiración por nariz lenta y profunda, sin ruido. Cuando viene la siguiente espiración (no olvidemos que la espiración es el momento más importante del ciclo en el Zen), cambiamos de pierna, apoyándonos esta vez en la pierna izquierda y comenzando nuevamente el ciclo.
Lo describe como el caminar de un faisán: alternando tensión y espera, tiempos fuertes y débiles. "Los Maestros Zen aconsejan caminar como el tigre en la jungla, la huella firme, silenciosa como el rastro de un ladrón".
"Mientras se camina, no se debe mirar el rostro de los otros, la mirada se vuelca hacia el interior, como si estuviéramos solos. Como en el za-zen, el pensamiento discurre. El caminar en kin-hin, descansa de la posición del za-zen. Durante la jornada sesshin (espíritu), se combinan una y otra. Cuerpo y espíritu reencuentran su unidad, además de una resistencia y dinamismo admirables".
Kin-hin, como za-zen, es un método de concentración profunda. Por la espiración la energía se acumula en el bajo vientre, donde es en verdad activa.