Hoy, es un dìa lluvioso, no sòlo afuera.
Hoy, las malas noticias abruman y, como el agua, se filtran por donde pueden.
Hoy, sin huir, miremos algo de belleza.
Como una tregua.
Una imagen que apacigue tanto tumulto interno.
Que disipe, aunque por un instante, la preocupaciòn de la incertidumbre constante.
Olvidar una vida llena de miedos.
Al servicio del miedo.
Por uno y por aquellos a quienes amamos, el miedo omnipresente.
Ese miedo que no calman ni los quìmicos.
O las pràcticas de autoconvencimiento.
Leìmos a Kodo Sawaki.
A los ochenta años, dejò de temer.
Ya no estaba pendiente de sì mismo.
Pendiente de sus propios conflictos vitales, sus problemas, su micromundo.
Como estamos casi todos.
Cuando sentimos que siempre tenemos algo que perder.
Ese es el asunto nuclear: saber, creer o sentir, que tenemos algo que perder.
Èso y sòlo èso, es la creaciòn de todos los miedos.
No voy a ahondar, no ahora, no hoy, hoy que llueve.
Hoy voy a adentrarme en algo bello.
Hoy la belleza va a ayudar a serenar mi escenario.
Mañana, si lo hay para mì, podrè investigar si el uso del "mala", (especie de rosario tibetano para recitaciòn de mantras), contribuye a aplacar la mente turbulenta, el mono interno que salta de rama en rama.
Eso es mañana, no existe.
Lo de recièn ya es pasado.
Vuelvo a la belleza como el mantra de hoy.
HILOSDEPIEDRA.